pleno alcorcon

El año 2017 está a punto de echar el cierre. Como siempre, toca hacer balance de estos 365 días. Un año donde Alcorcón ha vivido en la paradoja. De un lado, la inestabilidad política se ha hecho manifiesta con la fallida moción de censura que por momentos hizo temblar al alcalde, David Pérez. Ciudadanos frenó el ansia de PSOE y Ganar Alcorcón por hacerse con la Alcaldía. El líder naranja, Alfonso Reina, se desmarcó posicionándose en la casilla de la censura como alcaldable, y el resto de grupos no tragó con semejante propuesta.

Así pues, la moción de censura se diluyó como un azucarillo. Pasó a mejor vida y la ciudad siguió adelante. Después llegó, uno tras otro, el varapalo de la desfuncionarización. Jaque a David Pérez que, con los buenos datos de empleo y económicos del municipio, motor del sur de la Comunidad de Madrid, ha tratado de capear el temporal de la desfuncionarización pero ni por esas ha logrado frenar el eco.

Como tampoco de la acumulación de basuras en la ciudad. Ya en el último número preguntábamos a ESMASA que ocurre con la limpieza en Alcorcón. ¿Hay una huelga encubierta? ¿Dejación de funciones? El hartazgo de los vecinos es evidente ante las deplorables imágenes de islas ecológicas anegadas por la basura y aceras tomadas por desperdicios. Y este será, otra vez, uno de los grandes retos para el próximo año que tendrá que asumir de una vez por todas el Gobierno local. Y que, es verdad, también compete al resto de grupos y vecinos.

Pero también entre los retos se encuentra la aprobación de un nuevo presupuesto. Previsiblemente el último de la legislatura antes de los comicios de 2019. Y en este punto, Partido Popular y Ciudadanos están condenados a entenderse.

El PP de Alcorcón mantiene, se quiera o no, el bastón de mando por Ciudadanos. Ya sea porque en 2015 se lo dio tras intensas negociaciones de investiduras o porque, como decíamos, paró la moción de censura con peticiones desorbitadas. Pero aún siendo evidente la cercanía ideológica de ambos grupos, también son claras y patentes las diferencias y controversias entre Pérez y Reina. Sin embargo los dos personalismos no pueden detener un nuevo documento de presupuestos que beneficia a la ciudad.

Los alcorconeros, los vecinos, van por delante de cualquier interés personales de ambos líderes. Por eso ahora el protagonismo debe recaer en sus equipos. Los que a menudo están en la sombra. En ellos recae el peso de pactar unos presupuestos, inversiones, gastos e ingresos que saquen de la parálisis a Alcorcón y la mantengan en la senda del crecimiento.

2017 se acaba pero llega 2018. Año previo a las elecciones. Y en el bagaje de ambos grupos, PP y Ciudadanos, quedará si fueron capaces de anteponer los intereses de los vecinos a los personales de sus líderes. Si lo logran demostrarán altura política y será la mejor carta de presentación para unos comicios de lo más inciertos.