Sara Hernández 035

El mercado bursátil es un terreno de lo más interesante. Resbaladizo a veces. Las acciones suben y bajan en cuestión de segundos, en un abrir y cerrar de ojos y por razones tan variopintas que hoy estás en la cresta y mañana al pie de los caballos. Sin embargo y pese a esa volatilidad, en Bolsa siempre hay una constante que se cumple. Una certeza tan obvia como el aire que respiramos. Y esa es la de ganarse la confianza del inversor.

Confianza, confianza, confianza. El mantra de Michael Douglas en Wall Street; el de Leonardo Dicaprio en la película de Scorsese; el de tantos brockers que juegan como tahúres en el negocio del dinero. Confianza sí. Y credibilidad, también.

Dos fundamentos que la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, no vende especialmente bien. Su crédito no cotiza estos días en Bolsa. Ya advertíamos en anteriores ediciones que la alcaldesa, de estrella emergente en el PSOE, iba camino de convertirse en un asteroide errante. Y el tiempo nos ha dado la razón. Cuestión de confianza y de credibilidad, ya se sabe.

Porque la regidora ha pasado de ‘sanchista’ a ‘patxista’ y luego otra vez ‘sanchista’ en menos de lo que tarda una acción de desplomarse y volverse a levantar. Así anunciaba con sonrisa triunfal su intención de presentar batalla en la primarias socialistas del 30 de septiembre. Pero desde Madrid la ordenaron bajar del caballo, deponer las armas y gritar a los cuatro vientos: Franco, Franco, Franco. Maticemos por eso de las sensibilidades. Hablamos de José Manuel Franco, diputado autonómico del PSOE y candidato oficial de la Ejecutiva de Pedro Sánchez para liderar el futuro del socialismo madrileño. Como no podía ser de otra manera -ya lo advertimos también- Sánchez no paga a traidores y el César socialista se cobra la deuda pendiente.

Así pues Sara Hernández, ya oficialmente asteroide errante, se retira obligada de la escena política regional. Le queda la municipal, que no es tema baladí. Ya depuesta en su intención de ser secretaria general del PSOE-M, la alcaldesa de Getafe por obra y gracia de Ahora Getafe se ha acordado de que tiene una ciudad que gobernar. Y qué ciudad. Pero en el parqué bursatil getafense, que ya se la conoce, sus acciones y las de su Gobierno tampoco son inversión rentable. Todo lo contrario. Porque en un ejercicio de desgobierno absoluto Getafe es hoy un desastre en todos los terrenos.

Campeona en destrucción de empleo -fue la gran ciudad del sur donde más subió el paro de agosto, por encima del 3% cuando los municipios vecinos no llegaban ni al 1%-. Con una inseguridad galopante, como muestra que los delitos acumulados, hasta el 31 de agosto, hayan subido un 2,6%. Una Policía Local profesional y trabajadora desmoralizada por la inacción de la alcaldesa y los suyos, que no ponen coto a las ratas que dejan incomunicados a los agentes. Ver para creer. Y por si fuera poco, los sindicatos poniendo en tela de juicio la contratación del Ayuntamiento.

Con este bagaje, si dentro de año y medio tienen pensado invertir en las urnas, Sara Hernández no es valor seguro. Piénselo que la Bolsa de la democracia solo abre cada cuatro años.