Imágenes de la zona Centro de Getafe
Imágenes de la zona Centro de Getafe

La limpieza de una ciudad es su mejor carta de presentación de cara al exterior y hacia sus propios ciudadanos. Así sean sus calles, así es la urbe. Y sí, también así son sus gobernantes puesto que ellos están en la cúspide de la pirámide que forma en última instancia una ciudad, en tanto que responsables de la toma de decisiones y responsables también, en última instancia, de cómo se muestra la ciudad al mundo. Y hoy día Getafe, la otrora perla del sur de Madrid, no puede presumir, desgraciadamente, ni de lo uno ni de lo otro.

Basta dar un paseo por sus barrios y sus calles, levantar la cabeza y aspirar…malos olores. Cada esquina, cada acera, cada rincón guarda un pedacito de basura que muestra una imagen de dejadez y porquería impropia de una ciudad de la talla de Getafe. Y lo malo es que los sufridos vecinos, que soportan a diario la desidia de unos gobernantes incapaces de coger al toro por los cuernos, se ven obligados a convivir con un hedor -máxime durante el periodo estival- que resulta insoportable.

Pero ya aventuramos en el primer párrafo que así son las calles de una ciudad, así son sus gobernantes. Y sin cebarnos demasiado, la suciedad de los barrios viene a ser reflejo de un viejo legado político, nada limpio, que aún arrastra la ciudad. Más cuando recientemente el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) reiteraba la obligación del Ayuntamiento de pagar 3,6 millones de euros por una chapuza del PSOE en el año 2003, convenio mediante con el IVIMA y unos aparcamientos en Las Margaritas.

Una sentencia, un fallo y una cantidad que van a pagar todos los vecinos y que se ha intentado pasar de tapadillo en forma de modificación presupuestaria por parte de la alcaldesa, Sara Hernández, Lo ha conseguido porque el Pleno ha dado su beneplácito, pero tarde o temprano -tal era el atasco- debía salir por el tufillo de esa herencia destapada por el propio TSJM.

Así pues, cuando la política está sucia por las triquiñuelas del pasado, qué se puede esperar de las calles que esa política gobierna. Pues lo que es un ejemplo gráfico a ojos y nariz de todos los vecinos: suciedad, basura, hedor y más suciedad.
Reza el dicho que “si la basura recogemos, nueva vida sembraremos”. En Getafe hay mucha basura por recoger. De ayer y de hoy. Y aún hay tiempo para evitar perpetuar el legado de la suciedad a las próximas generaciones.