Leganemos RP abril 2017

En 1961, el gran Marcello Mastroianni protagonizaba un clásico del cine como Divorcio a la italiana, ganadora de tres Oscar de la Academia. Comedia negra, ácida; una obra de culto y también de enredos, infidelidades varias y mucho lío para separar los destinos de los personajes principales.

En Leganés no hay ningún Marcello Matroianni que se precie. Por desgracia. Tenemos, eso sí, héroes vecinales con cara de hormigón armado que a poco más llegan. Pero en esta ocasión cierto leguleyo no es el protagonista de un divorcio a la italiana meses anunciado. El papelón principal de esta película es para Podemos, Leganemos y su ruptura total.

La que fuera marca blanca de los morados en la ciudad salta por los aires. Crónica de una muerte anunciada la de este Frankenstein de izquierdas que ha tocado techo desde que en las elecciones de 2015 resultara elegida como la segunda fuerza más votada en la ciudad.
El divorcio se ha hecho público tras una sentencia en la que los tribunales han dejado muy mal parado a Leganemos, anulando la convocatoria de la asamblea donde fueron expulsados los cuatro concejales ahora no adscritos por un defecto de forma y dejando, por tanto, sin efecto los acuerdos tomados.

Podemos Madrid, visto lo visto, decide separar sus caminos de la marca blanca en Leganés con la vista puesta en 2019, fecha de las próximas elecciones municipales. Este nuevo capítulo de la guerra reabre la enésima brecha en la izquierda pepinera que ha resultado imposible cerrar de forma histórica por los personalismos y facciones en los que se divide el frentepopulismo leganense, algunas veces disfrazado de terrateniente hortelano, obrero del metal, hippy de escaparate o macarra del altiplano.

Los líos de Leganemos y los concejales no adscrit@s llegaron a oídos de Podemos Madrid, también inmerso en batallas internas que se trasladaron a Leganés. Fracaso pues del partido de Pablo Iglesias y de su intento de unificar un frente popular por medio de marcas que debían rendir pleitesía al líder y sus acólitos. Un partido cada día más casta, preocupado por las luchas internas por hacerse con el poder que de los problemas cotidianos de los vecinos, desamparados ante políticos de bajo nivel que han aterrizado en el ayuntamiento gracias a un sistema que, paradójicamente, menosprecian a diario con actitudes de este calibre