Coliseum

Se acerca la hora H del día D para el Getafe, que este sábado a las 21.00 horas recibe al Tenerife con la intrincada misión de remontar el 1-0 encajado en el Heliodoro -o al menos igualarlo- si quiere ascender por vez segunda en su historia a Primera división. Apoyo desde luego no le va a faltar en las gradas, ya que a primera hora de este viernes se agotaban por completo las localidades y el Coliseum registrará un lleno hasta la bandera.

Las peñas se encargarán de caldear los prolegómenos del encuentro con un multitudinario recibimiento al autobús del equipo azulón a su llegada al estadio y hay programadas diversas iniciativas para crear el mejor ambiente posible en el recinto, mosaico incluido. Ni siquiera faltará la presencia sobre el césped de buena parte de los integrantes del equipo que certificó aquel histórico ascenso de 2004 para enganchar a la hinchada.

Pero tampoco el Tenerife estará solo en el Coliseum, ya que se espera que acudan más de un millar de seguidores del conjunto chicharrero. Los de Martí llegan, además, con todo el personal disponible y el refuerzo anímico que supuso el triunfo del miércoles.

El caso es que el Getafe se verá obligado a superar un resultado notablemente adverso como condición ineludible para cumplir el sueño con el que arrancó el presente curso. A nivel deportivo son varias las dudas que acechan la composición del equipo inicial por mor de los problemas físicos de varios de los jugadores. Tanto Cala como Fuster y Sergio Mora andan tocados y su concurso no se decidirá hasta última hora. Por contra, el cuerpo técnico recupera a un jugador fundamental como Dani Pacheco tras cumplir en la ida su partido de sanción.

Ánimo sí hay de sobra en las filas azulonas, tal y como ha recalcado Pepe Bordalás en su comparencia previa al encuentro. «Estamos con mucha energía y confianza y convencidos de que lo podemos hacer», ha señalado el técnico levantino aun a sabiendas de que «nos enfrentamos a un buen equipo y no va ser un partido fácil, pero estamos preparados».

Sin querer ofrecer pistas acerca del talante con el que comparecerán este sábado teniendo en cuenta la magnitud del compromiso y las especiales circunstancias que lo rodean, Bordalás sí ha comentado que «vamos a ser los mismos de siempre y no vamos a hacer locuras porque los partidos duran más de 90 minutos. El equipo no va a volverse loco porque sabemos que es el último partido» y ha subrayado que «tenemos que ser ordenados y atrevidos».