jose quintana fuenlabrada

José Quintana Viar, presidente del PSOE fuenlabreño, fue alcalde desde 1983 a 2002 en Fuenlabrada, siendo en 1999 el regidor más votado de España. También ha ostentado cargos como diputado del Congreso, senador y diputado en la Asamblea de Madrid. Con esta experiencia analiza la situación política que vive su partido y su ciudad.

De su actividad política, ¿qué responsabilidad le ha gustado más en estos años?

En todas me he sentido con la responsabilidad de representar a los ciudadanos y dar lo mejor de mi. Pero donde más he disfrutado ha sido ejerciendo de alcalde, siempre he sentido el apoyo de muchísima gente y eso nos permitió trasformar y cambiar Fuenlabrada.

¿Cómo le explicaría a un joven de 30 años la gran transformación de la ciudad de Fuenlabrada?

La transformación de Fuenlabrada se produce indisolublemente unida a la llegada de la democracia que conjuntó varias voluntades: la de las vecinas y vecinos ansiosos de participación y cansados de reivindicar causas justas con resultados injustos; y la de la izquierda política con un proyecto que prioriza las personas y sus necesidades. La agenda del futuro que hoy conocemos: igualdad, cooperación internacional fomento del empleo, sostenibilidad ambiental, fueron partes ideológicamente indisolubles a ese proceso. En lo territorial se puso fin a la especulación; en lo social, fuimos pioneros en la creación de una red de servicios sociales y a eso se suma, nuestra política. Una política participativa, donde todos los grandes asuntos se han resuelto mediante acuerdo con los vecinos y vecinas. Lo resumiré de esta manera: hoy un vecino de Fuenlabrada puede tener interés en ir a Madrid e incluso obligación por motivo laboral, pero en la ciudad tiene desde la escuela infantil a la universidad, desde el centro de salud al hospital, con ofertas culturales, deportivas y de ocio y con una estupenda cobertura de servicios sociales que le garantiza todo lo que necesita. Hace 38 años su padre, tenía que ir a Madrid para todo. Por ello, muchos y muchas han hecho de Fuenlabrada un ejemplo para la izquierda.

¿Cómo ve la situación del PSOE actualmente?

A mi modo de ver coincide con el de muchos compañeros. El origen de esta situación está en la ausencia de un proyecto político debatido ampliamente, que fije estrategias ante los grandes desafíos que tenemos. Esto es, el futuro de la socialdemocracia o socialismo democrático, la nueva izquierda, la ofensiva neoliberal, la creciente desigualdad en la sociedad española y el problema separatista. Estos son, entre otras cuestiones, no menores, las preguntas que colectivamente no hacemos y que esperan un congreso sereno que resuelvan el armazón de nuestro hacer diario.

¿Cuál va a ser su posición en las primarias socialistas?

En mi trayectoria militante siempre he estado en posiciones de izquierda. Ahora no se trata de elegir un tono ideológico, sino quién puede estratégicamente superar nuestra insuficiencia en votos y escaños. Aunque somos dados al romanticismo, deberíamos guiarnos con un enorme sentido práctico. El PSOE no puede sobrevivir, ni cumplir su voluntad transformadora de Gobierno sin acercarse a los 130 escaños y en algún momento poder ejercerla. Creo que Sánchez, sin ser el único responsable, ha sido el máximo responsable de un dudoso hacer interno con intervenciones destructivas en varias federaciones y con un vaivén ideológico que ha confundido grandemente a nuestros electores potenciales. Tras dos derrotas y un pacto con Ciudadanos, aparecer ahora como el faro de la izquierda no me da ninguna garantía. Por otro lado, respeto profundamente la propuesta de Patxi López, pero por lo antedicho me veo obligado, nunca mejor dicho, “ por razón de partido” a dar mi apoyo a Susana Díaz.

Hablemos de Fuenlabrada. Es un secreto a voces que probablemente esta sea la última legislatura de Robles en la Alcaldía.

Queda mucho tiempo aún. Tengamos en cuenta que no se ha consumido ni media legislatura. Pero si es cierto que en la asamblea que eligió al compañero Robles en las anteriores elecciones, él dijo que esté sería su último mandato y que no volvería a presentarse como candidato.

El nombre que más suena como relevo en la Alcaldía es el de Javier Ayala. ¿Piensa que hay más ‘alcaldables’ en la agrupación socialista fuenlabreña.

Claro que hay más de uno y de una entre los compañeros y compañeras que perfectamente pueden ser candidatos a la Alcaldía. Se me ocurren varios nombres. Por ejemplo, Carmen Bonilla, que viene haciendo una gran labor en el área social. Un sustento clave para la ciudad en estos años de crisis que hemos atravesado. Raquel López, con una excelente gestión económica en Hacienda. Y también veo a Santiago Torres, el anterior concejal de Deportes, donde demostró gran capacidad. Tengamos en cuenta que el éxito del PSOE en Fuenlabrada radica en que siempre ha habido un acuerdo muy amplio en las grandes decisiones. Sin embargo, a día de hoy, no hay un gran consenso en torno a ningún nombre como relevo en la Alcaldía.

¿Cabría la posibilidad de que usted fuera candidato a la Alcaldía de Fuenlabrada en 2019?

(Risas) No, esa es una posibilidad que no contemplo. Mire usted, en 2019 cumpliré cuatro décadas trabajando por Fuenlabrada y los fuenlabreños. Cuatro décadas que como usted se puede imaginar han supuesto renuncias importantes en el plano personal y sobre todo familiar. Por lo tanto, mi horizonte es dedicarme a mi familia, a mi mujer, a mis hijos y sobre todo a mis nietos. Creo que es lo justo.

Pero si se dieran las circunstancias adecuadas, por ejemplo, que una mayoría de la izquierda fuenlabreña reclamara su participación como aglutinador de estas ideas en la ciudad, como ocurrió en la ciudad de Marid con Manuela Carmena, ¿Usted qué haría?

Si se dieran esas circunstancias que usted plantea y además, en mi partido no hubiera habido primarias para elegir una candidatura, lo hablaría con mi familia y decidiria. Pero como ve usted, son muchas las “circunstancias” que se tienen que dar y que yo creo, sinceramente, no se van a dar.