La necesidad de explorar nuevos desafíos deportivos ha encontrado en el mundo del ultrafondo un inagotable caladero. Hace tiempo que los 42 kilómetros de una maratón se quedaron cortos y poco a poco han ido surgiendo por doquier las ‘ultratrail’, pruebas que se desarrollan preferentemente en terreno montañoso y que en algunos casos llegan a superar incluso los 100 kilómetros de distancia y varios miles de metros de desnivel.

Lo que empezó siendo reducto de un limitado grupo de aventureros se ha convertido en una fiebre que en determinadas competiciones obliga a limitar el cupo de participantes debido a la avalancha de inscripciones. El Marathon des Sables o la Ultratrail del Montblanc son exponentes del enorme éxito de convocatoria de este tipo de competiciones que hurgan en las fronteras de la capacidad humana.

También en el sur madrileño se prodigan los especialistas en este tipo de retos y clubes como el Fuenla Runners les han ido haciendo hueco en su estructura conscientes del creciente interés de esta especialidad. Varios de ellos han visitado la redacción de Al Cabo de la Calle para valorar el éxito de este tipo de pruebas y el porqué se  adentraron en este exigente mundillo.

Juanjo Villalba, por ejemplo, señala que “siempre me ha gustado la montaña y esto supone una forma de visitarla de otra manera”, justifica antes de precisar que “mi única misión es terminarlas y entrar bien en meta. Por eso me lo tomo con tranquilidad”.

Lolo Rocío, por su parte, se inició en este tipo de pruebas de larga distancia hace algo más de un año. “Siempre había corrido en asfalto, pero una compañera me dijo que probara y como soy de pueblo y me encanta la naturaleza, pues al final me enredaron”. Al contrario que Juanjo, su carácter es mucho más competitivo. “Voy siempre al ciento por ciento y doy todo lo que puedo”, afirma Lolo, que el pasado fin de semana fue 29º (16º de su categoría) en el Calar del Río Mundo.

Esa ambición le ha jugado alguna mala pasada, como en la Maratón Alpina de Jarapalos (Málaga). “Llevaba ya 45 kilómetros, tenía que subir una cuesta de más de un kilómetro”, recuerda, “y me dije que no volvía a correr más distancias tan largas porque psicológicamente iba muy mal, pero cuando llegué arriba me relajé, lo vi todo de otra manera y aquí sigo”.

“Lo que más se acusa es el desnivel. Es peor que la distancia.”, sostiene Juanjo sin esconder que “los diez últimos kilómetros siempre son los peores independientemente de la distancia. También está el tema de la soledad tantas horas”, aunque en este caso a Lolo no le parece inconveniente “porque yo prefiero correr solo”.

La delegación del club fuenlabreño incluyó también a Sandra Sánchez de las Matas, Rosa María Jiménez, Marga Pina y Manuel Márquez, que poco a poco van enganchándose a esta disciplina, aunque por ahora limitan su participación a distancias más cortas. Manuel, que desde noviembre patrocina el club a través del restaurante El Clavel, se incorporó a la nómina deportiva como uno más y apunta que el éxito de las ultratrail “se debe a que la gente se ha cansado un poco del asfalto. Es una forma ver otras cosas y el que prueba, repite”, subraya.

Laureano Manzano, un caso muy especial

Dentro de los especialistas del Fuenla Runners en el ultrafondo llama poderosamente la atención el caso de Laureano Manzano, que corre varias ‘trail’ de media y larga distancia cada temporada y que en los últimos tres años lo viene haciendo calzando unas huaraches -una especie de chanclas especiales- fabricadas por él mismo y que utiliza siempre que la organización de la prueba en cuestión se lo permite. Recientemente ha participado en el Trail de Los Castillos (62 kilómetros), en el que ha logrado una magnífica 16ª posición de la general final y siendo 1º de su categoría.

UN CALENDARIO DE VÉRTIGO

Calar del Río Mundo (65 kms)
Desafío de El Cainejo (52 kms)
Trail de Los Castillos (62 kms)
Los 101 Kilómetros de Ronda
Ultra Mont Blanc (42-170 kms)
Madrid-Segovia (50-100 kms)