Se llama Mónica Carrasco Negrete, tiene un niño de ocho años con discapacidad, y se encuentra desesperada ya que el próximo 15 de junio será desahuciada de la vivienda que habita en Leganés.

Desde hace unos meses ha emprendido una titánica lucha en medios de comunicación y redes sociales para conseguir que las administraciones públicas le faciliten un alquiler social. Actualmente, sólo ingresa una cantidad económica por los problema médicos que presenta Ángel, pero “con ese dinero no tenemos ni para comer ya”, indica angustiada Mónica

El pasado martes acudió a la Casa Consistorial para entregar las 90.000 firmas que ha recogido en la plataforma de Internet change.org apoyando su causa. Los servicios sociales del Ayuntamiento le habían ofrecido previamente el pago de dos meses de alquiler en una nueva vivienda, pero ella lo rechazó porque sabe que al tercer mes no podrá pagarlo por su situación económica y se tendrá que enfrentar a un nuevo desahucio.

Desde la Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid su caso ha sido valorado y se le ha ofertado vivir en una vivienda en otro municipio, pero Mónica quiere que sea en Leganés –“no por capricho”, asegura-, sino para no empeorar el tratamiento que recibe su hijo.

“Si yo estuviera sola no me importaría, pero yo no me puedo ir de Leganés porque Ángel que está siendo tratado en el Severo Ochoa. Hay informes médicos que indican que el traslado sería un paso atrás para la recuperación de uno de los trastornos que sufre”, asegura la madre.

Ángel, que así se llama su retoño, padece diversas enfermedades y presenta un cuadro médico complicado con patologías diagnosticadas como parálisis cerebral, hiperactividad o trastorno del espectro autista.

Su madre afirma que vive una “situación muy difícil y caótica” que le impide mantener un trabajo normal ya que tiene que acudir constantemente a consultas médicas de traumatólogos, neurólogos y realizar diversos tratamientos de recuperación.

“Como madre estoy desesperada, voy a enfermar, quiero el bien de mi hijo y necesitamos un alquiler social porque yo no puedo trabajar”, afirma en un estado de angustia Mónica Carrasco.