El filósofo, político, orador e historiador hispano, nacido en Corduba, Lucio Anneo Séneca, deja para la posteridad la evidencia de que “no hay camino que no tenga fin”. Séneca el Joven -para distinguirlo de su padre- dice una obviedad no por ello menos llamativo. Pues por fortuna o por desgracia, todo es finito. El éxito y también la desgracia tienen un comienzo y un final. Y en política, sobre todo en democracia, ese epílogo lo suelen poner las urnas.

De ahí la importancia de las próximas citas electorales que se ciernen sobre nuestro país. Las primeras, este domingo 28 de abril. Las elecciones generales más inciertas de la historia de nuestra reciente democracia. Y cinco partidos que pugnan por ser los más votados. Un mes más tarde, esa cita electoral se traslada al ámbito local. El que nos ocupa y nos preocupa, pues en Pinto -como en España- se va a dar la oportunidad al ciudadano de seguir apostando por el mismo camino de estos cuatro años, poner fin al mismo, o emprender un nuevo viaje con otra administración.

La legislatura de Ganemos ha sido un desastre, sin un proyecto claro y con las imputaciones del alcalde y un edil como colofón a tanto esperpento

Tres posibilidades hay encima de la mesa y la segunda opción se antoja como la más necesaria. Y además será causa de la tercera opción. A rey muerto, rey puesto. Y lo mismo vale para un alcalde, pues el próximo 26 de mayo las urnas tienen que poner fin al camino de Ganemos Pinto y Rafael Sánchez al frente del Ayuntamiento. El fin que aventuraba Séneca debe cernirse sobre el actual Gobierno local. Tal ha sido su desatino estos años que el Ejecutivo de Sánchez cuenta como logro el de poner de acuerdo a PP y PSOE en una cosa: que esta legislatura que acaba ha sido un desastre, un caos y cuatro años para olvidar, con dos imputaciones en Ganemos como colofón a tanto esperpento.

Ningún proyecto destacable, muchos conflictos generados y trabajos pendientes para el futuro. Lo venimos destacando desde el principio de la legislatura. En una balanza, los contras y defectos del Gobierno de Ganemos arrasan sobre los pros. El proyecto, marchito desde el inicio, está hoy amortizado y listo para ser guardado en el baúl del olvido.

Porque eso es lo que ha hecho el alcalde y su equipo estos cuatro años. Olvidarse de los vecinos, de sus problemas cotidianos y gobernar a base de arrebatos y sin ninguna idea clara. Esto nos hace recordar a otro ilustre romano como Tito Macio Plauto, el comediógrafo que acuñó aquello de: “Mal hombre es aquel que sabe recibir un beneficio y no sabe devolverlo”.

Ganemos Pinto fue bendecido por la confianza de los pinteños como segunda fuerza más votada en 2015. Hasta el PSOE, en la investidura, le dio el espaldarazo necesario para poner en marcha un Gobierno de izquierdas. Al menos en teoría, pues en la práctica no ha habido ni rastro. Una oportunidad perdida que ahora se puede resolver en las urnas. Y no solo desde la izquierda, que se ha quedado libre para el PSOE de Diego Ortiz, pues al otro lado está Miriam Rabaneda y su experiencia de gestión para acabar con estos cuatro años de Gobierno. El 26 de mayo saldremos de dudas y por fortuna, el camino emprendido en 2015 podrá ser finiquitado.