Amrabat, con dos jugadores del Sevilla (Foto: LaLiga.es)

El Sevilla visita este domingo Butarque en lo que supone el banderazo de salida a un tramo de competición tremendamente exigente para los intereses del CD Leganés. De hecho, en las próximas siete jornadas el conjunto pepinero se tendrá que ver las caras con seis de los diez primeros clasificados con el enorme grado de dificultad que ello implica.

Abrirán boca los de Garitano ante el conjunto hispalense, que viene de dar una monumental campanada este martes en Old Trafford apeando de la Champions League nada menos que al Manchester United de Mourinho, pero es que a continuación les tocará vérselas con el Valencia y de inmediato visitar el Camp Nou, donde espera el intratable líder. La dificultad se sigue adivinando en los siguientes duelos ante Celta y Villarreal, que andan metidos de lleno en la lucha por alcanzar plaza europea. Luego será turno para el Depor, que a buen seguro se estará jugando la vida, y para cerrar esta especie de ‘Tourmalet’ hay visita al Bernabéu.

Pero quizá lo verdaderamente preocupante del asunto, más allá de la enorme envergadura de la práctica totalidad de los adversarios, radica en que el colectivo pepinero llega a este cúmulo de obstáculos con la pólvora mojada. Tal es así que se ha quedado sin marcar en seis de los siete últimos compromisos. Con excepción del balsámico triunfo ante el Málaga (2-0), el ‘Lega’ se ha quedado sin ver puerta ante Getafe (0-0), Eibar (0-1), Girona (3-0), Las Palmas (0-0), Atlético de Madrid (4-0) y Athletic de Bilbao (2-0).

Tampoco son alentadores los datos del equipo a domicilio, ya que no gana lejos de Butarque desde que lo hiciera el pasado 15 de octubre en la Rosaleda malagueña (0-2). De aquello se cumplen ahora cinco meses y desde entonces el balance es de tres empates y ocho derrotas fuera de casa. O lo que es lo mismo, 3 puntos de 33 posibles. Por suerte sus números como local son bien distintos.

En cualquier caso, y por muy intrincado que se presente el calendario, los 33 puntos que atesora el CD Leganés a diez jornadas del final son un auténtico tesoro y solo un cataclismo de dimensiones siderales evitaría que los de Garitano sellen la permanencia de manera relativamente plácida.