Escudriñando los orígenes de la expresión mencionada en el arranque del titular, resulta que los llamados ‘mangas verdes’ eran los cuadrilleros de la Santa Hermandad, que vestían de verde y se encargaban de detener y encarcelar a los malhechores. El problema era que habitualmente llegaban tarde, cuando los ladrones ya se habían dado a la fuga. De ahí una mala fama que ha trascendido al paso de los siglos.

Ahora son nuestros políticos quienes tienen mucho de aquellos denostados ‘mangas verdes’. Y en la zona sur madrileña tenemos sobrados ejemplos de ello. En los últimos días hemos podido comprobarlo en los ayuntamientos de Getafe, Alcorcón, Moraleja y Arroyomolinos, que han aprobado una serie de medidas para tratar de paliar los estragos que la pandemia está causando en sus respectivos municipios.

El caso es que sus iniciativas podrían haber resultado más que oportunas de no ser porque una vez más llegan muy tarde. Hace muchas semanas que los casos de coronavirus andaban multiplicándose de manera exponencial en esta tercera ola y resulta que se ponen serios ahora, pocos días después de que desde el Gobierno central se haya confirmado que la ola ha alcanzado muy posiblemente su pico máximo y los contagios empiezan a disminuir, que no aún los ingresos hospitalarios.

Así que siendo un poco mal pensados, y con nuestra clase política no queda otra que serlo sí o sí, da la sensación de que Sara Hernández (alcaldesa de Getafe), Natalia de Andrés (alcaldesa de Alcorcón), Valle Luna (Moraleja de Enmedio) y Ana Millán (alcaldesa de Arroyomolinos) han anunciado a bombo y platillo una batería de medidas a sabiendas de que lo peor de la tercera ola parece estar pasando y apuntarse de este modo el tanto de una presumible mejoría de la situación dentro de unos días.

En Getafe, por ejemplo, han anunciado el cierre durante 15 días de todas las actividades culturales, las escuelas deportivas con prohibición de alquiler de instalaciones, el mercadillo municipal, además de limitar los aforos en áreas infantiles, áreas caninas y huertos urbanos.

En Alcorcón también se han decantado por la prohibición durante dos semanas del alquiler de instalaciones deportivas al aire libre, además de instar a las asociaciones, colectivos y entidades de la ciudad a que restrinjan las actividades programadas e intensifiquen sus procedimientos y protocolos con el fin de reducir la presencia de varias personas de forma simultánea en el mismo espacio. Moraleja de Enmedio también ha apuntado a esto.

Por último, Arroyomolinos ha suspendido todos los entrenamientos deportivos de todas las categorías y competiciones. Solo se permiten las competiciones deportivas de fin de semana adscritas a fichas federativas. Resulta cuanto menos curioso que se pueda jugar, pero no entrenar.

Como puede apreciarse, las restricciones afectan esencialmente al ámbito deportivo. De ahí que a través de las redes sociales numerosos deportistas afectados hayan aireado su profundo malestar al considerar que se les vuelve a penalizar una vez más, pese a estar comprobado que la práctica deportiva en condiciones de seguridad suficientes es altamente recomendable.

En este sentido, la portavoz de Ciudadanos en Getafe, Mónica Cobo, ponía el dedo en la llaga al denunciar públicamente las medidas adoptadas por el Gobierno local de Getafe en comparación con otros municipios.

“La mayor parte de los ayuntamientos, incluidos los gobernados por el PSOE y Podemos, mantienen las actividades deportivas y culturales a pesar de las dificultades, garantizando la seguridad de los usuarios, ya que no son focos de mayor riesgo de contagio que otras actividades autorizas. De hecho”, remarcaba Cobo, “el deporte y la cultura se están demostrando muy importantes para nuestros vecinos en estos tiempos de pandemia”.

Las quejas de los deportistas por el trato que les dispensan estos ayuntamientos no son nuevas y se han acentuado con el paso del tiempo. De hecho, recientemente hubo también fuertes críticas a raíz de los efectos del temporal Filomena.

En Getafe, por ejemplo, todavía permanecen cerrados los pabellones Alhóndiga-Sector 3 y Fernando Mogena, con todas las molestias que eso está conllevando para sus habituales usuarios, mientras que en Alcorcón se negó autorización a diferentes clubes para colaborar en la limpieza de los accesos a las instalaciones deportivas a fin de agilizar su vuelta a la actividad, cosa que sí se permitió en otros municipios aledaños.