Unal celebra junto a Arambarri el primero de sus dos goles ante el Espanyol (foto: Getafe CF)

Que los delanteros viven de sus rachas cara al gol es a menudo una realidad insoslayable. Y ahí está el caso de Enes Unal para ratificarlo. Diez jornadas permaneció el turco sin ‘mojar’ en un arranque de competición nefasto para el ataque del Getafe. Sin embargo, fue estrenar su cuenta este pasado jueves en Granada y ahora parece que los goles brotan de sus botas cual caudaloso manantial.

Suyo ha sido el papel estelar en la primera victoria del curso para el Getafe, que se ha encomendado a sus goles para noquear al Espanyol. El primero, poco después de la media hora, ha sido una auténtica pieza de orfebrería. Koffi, la gran novedad en el once inicial de Quique, se ha adelantado a un rival en la lucha por el balón metiendo el pecho y su pase, premeditado o no, no solo ha sido controlado por Unal, sino que de espaldas a la portería se ha sacado de encima una chilena que se ha colado cerca de la escuadra.

Un espléndido tanto que, aunque de manera tardía, ha recompensado la ambiciosa puesta en escena del conjunto azulón, que en apenas veinte minutos había creado más ocasiones de gol que en varios partidos completos del presente campeonato. Por citar las más nítidas, ahí están una del propio Unal cuando apenas se había cumplido el primer minuto que se marchó cerca del palo y dos grandes intervenciones de Diego López a sendos remates de Aleñá y Arambarri.

El gol hacía, pues, justicia con lo ocurrido hasta entonces. El problema es que la retaguardia getafense tiene un serio problema esta temporada con las acciones a balón parado y Embarba ha encontrado en un saque de esquina la testa de Cabrera, que ha enviado el balón a la cruceta con la mala fortuna para los locales de que el balón ha caído a pies de Sergi Gómez y éste ha marcado a placer sin apenas oposición (37′).

Y aún ha podido ser peor el castigo porque un minuto después Embarba se plantaba solo ante Soria, aunque un tanto escorado, y su remate lo desviaba el guardameta azulón evitando lo que hubiera sido otra mayúscula adversidad.

El descanso se acercaba, pero Unal seguía a lo suyo y justo antes de la pausa dibujaba una internada hasta el borde del área cuyo disparo final se marchaba cerca de la madera tras tocar en Cabrera.

No le quedaba otra al Espanyol que espabilar en la segunda mitad. No ya por el resultado, que no era del todo malo, sino por la discreta imagen que había ofrecido en los primeros 45 minutos. Y lo ha hecho. Hasta el punto de meter el miedo en el cuerpo a la hinchada local en otra acción a balón parado mal defendida por la zaga local y que a la segunda ha cabeceado a la red Yangel Herrera. Sin embargo, el tanto ha sido anulado por un claro fuera de juego en la acción inicial (52′).

LLEGA EL SEGUNDO CUANDO MEJOR ESTABA EL ESPANYOL

Se veía tocado al Getafe, bastante mas constreñido que en la primera mitad por culpa de su rival, pero casi de la nada ha surgido la jugada que ha acabado decidiendo el encuentro. Un pase filtrado de Aleñá ha tocado en Morlanes y se ha convertido en un auténtico globo aéreo que ha caído en el sitio justo para que Unal empalase desde cerca batiendo a un Diego López que se había quedado a media salida (55′).

Quedaba mucho tiempo por jugar, pero esta vez el Getafe sí ha sido capaz de mantener a buen recaudo su portería pese al acoso visitante, más ficticio que real a fin de cuentas. La mala noticia que ha dejado el tramo final es la lesión de Koffi, que ha causado una grata impresión en su estreno como titular. La buena es que la afición azulona ha podido llevarse por fin un alegría que llevaba muchos meses esperando. Quizá demasiados. La situación sigue siendo tremendamente complicada pero con partidos así es más fácil confiar en el ‘milagro’.