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Alberto Torres visitaba la redacción de Al Cabo de la Calle el pasado 6 de junio. “Acabo de recordar que hoy es el Día Internacional de la Persona Trasplantada”, fueron sus primeras palabras. Curiosa coincidencia, teniendo en cuenta que el objetivo de la visita era hablar largo y tendido acerca de sus enormes logros deportivos después de haber sido sometido a un trasplante de riñón cuando era apenas un niño. Este vecino de Humanes, de 28 años de edad y que recibió el pasado año el ‘Premio Espíritu de Superación’ por parte del Ayuntamiento, es un ejemplo ilustrativo de los beneficios que conlleva la práctica del deporte a la hora de combatir determinadas patologías.

En su caso, los problemas comenzaron a los siete años. “Fue justo el día después de mi cumpleaños”, recuerda. “Tuve un síndrome hemolítico urémico, que en mi caso afectó a varios órganos. Un riñón lo destrozó por completo, pero afectó también al corazón, al hígado y al páncreas”, relata antes de precisar que lamentablemente “ese riñón no lo pudieron salvar. De hecho me dieron una semana de vida, aunque con diálisis y al quitarme los riñones consiguieron controlar la tensión primero y ya bastante tiempo después recibí un trasplante”.

Poco a poco le dio por hacer deporte y los beneficios no se hicieron esperar. “El corazón se recuperó por completo”, señala. También el riñón trasplantado ha respondido a la perfección “y actualmente solo tengo que ir a revisión cada seis meses. He tenido la suerte de que mi cuerpo lo haya aceptado perfectamente”.

Su propia experiencia personal le lleva a recomendar a todo el mundo “la práctica del deporte siempre que se haga con cabeza y se vaya de menos a más”. En este sentido, Alberto observa quizá demasiadas precauciones por parte de los médicos. Por eso remarca que “uno de los objetivos que persigue la asociación ‘Deporte y Trasplante’ a la que pertenezco es concienciar a los médicos de que receten deporte, porque es una medicina para el cuerpo y para la mente”.

Aunque venía jugando al fútbol desde hacía ya muchos años, fue hace dos cuando amplió su dedicación. “Sucedió al enterarme de que existían los Campeonatos de España de Personas Trasplantadas. A partir de ahí empecé a prepararme de una manera un poco más específica en determinadas disciplinas como la natación o el atletismo”, a las que añadió también de manera más esporádica el pádel o el bádminton.

La primera competición oficial a la que acudió fue el Nacional de Trasplantados de Lorca 2016, “donde conseguí tres oros y dos platas pese a que me había enterado con tan solo un mes de antelación”. Ya en 2017 y con una mejor preparación “conseguí siete medallas de oro en Granada”. Y este año viene de ganar “otros cinco oros y una plata en Guadalajara”. A nivel internacional hizo sus primeros pinitos en el Mundial de 2017 en Málaga, “que fue un homenaje a Pablo Ráez y en el que gané un bronce en 1.500 metros lisos y una plata en pádel”.

En mente tiene ya el reto más ambicioso de su carrera deportiva. “Este año voy a dejar de jugar al fútbol y me voy a dedicar a preparar a conciencia el Mundial del año que viene en Londres. Es mi gran objetivo de futuro y me volcaré sobre todo en el atletismo, y más concretamente en los 1.500 y los 100 metros lisos”. Antes de despedirse del balompié, sin embargo, tiene previsto participar con la recién creada selección española de trasplantados en un partido amistoso Italia-España. “Se jugará en octubre en la Toscana y servirá para promover el Mundial de 2019”, desvela Alberto, que de confirmarse podría tener una despedida por todo lo alto.

ACCIDENTE AL CHOCAR CONTRA UN KAMIKAZE

La vida de Alberto Torres sufrió otro terrible contratiempo en el mes de octubre de 2010 que también afectó gravemente a su integridad física. Fue en la autovía de Toledo, a la altura del hospital de Getafe, donde el vehículo que conducía chocó de frente contra el de un conductor kamikaze. A resultas del brutal impacto sufrió varias fracturas en el pie derecho que casi le cuestan su amputación, una fractura de fémur, rotura del escafoides de una mano, una embolia grasa del pulmón, así como numerosas magulladuras en diversas partes del cuerpo.

Permaneció cuatro semanas ingresado en el hospital y posteriormente estuvo dos meses en silla de ruedas. A continuación precisó de más de un año de rehabilitación antes de poder volver a jugar al fútbol. Durante ese periodo, y como le seguía picando el gusanillo, se sacó el carné de entrenador y de este modo pudo seguir vinculado a los terrenos de juego.

ESPAÑA, LÍDER EN DONACIÓN DE ÓRGANOS

Si de algo se siente especialmente orgulloso Alberto Torres es del enorme nivel de generosidad de los españoles en lo que se refiere a la donación de órganos. No en vano, España volvió a conseguir en 2017 los mejores datos de su historia y alcanzó registros máximos a nivel mundial por quinto año consecutivo.

El pasado año se llegó por vez primera a los 46,9 donantes por millón de habitantes (por encima de los 43,4 de 2016) con un total de 2,183 donantes, lo que permitió efectuar 5.259 trasplantes de órganos. Hasta seis personas de media donan órganos cada día y se realizan nada menos que 14 trasplantes diarios.

Una de las consecuencias más positivas de ello es que la lista de espera se ha reducido considerablemente pasando de 5.480 a finales de 2016 a 4.896 en 2017, lo que supone un mínimo histórico.