José Antonio Sánchez, alcalde de Humanes, en una visita a la redacción de Al Cabo de la Calle

La seguridad en Humanes de Madrid está bajo mínimos. Y no lo decimos nosotros. Simplemente nos hacemos eco de lo que advierten los expertos en esta materia: los policías locales. Personas con una vocación de ayudar a los demás y que se juegan el tipo e incluso la vida a diario por mantener la seguridad en el municipio. Tarea complicada actualmente por la falta de medios y de plantilla.

Y es que mientras la población de Humanes de Madrid aumenta, la plantilla de Policía Local se va mermando. Tal es así que en ocasiones, según alertan los sindicatos policiales, hay una patrulla de dos agentes para todo el municipio, quedando sin atender algunos avisos. Simple y llanamente porque los policías de Humanes, aunque hacen un trabajo heroico y arriesgan hasta su propia piel, son seres humanos de carne y hueso y entre sus poderes no está el de la omnipresencia.

Pese al talante conciliador de los representantes policiales, el Ayuntamiento sigue haciendo oídos sordos a sus legítimas peticiones

Pero parece que los responsables municipales no se toman en serio estos avisos, para nada traidores. No ha sido hasta que el conflicto ha estallado en la opinión pública cuando el Gobierno de José Antonio Sánchez ha accedido a reunirse con los policías. Va en el sueldo de los políticos y del alcalde atender las demandas vecinales y especialmente las de un Cuerpo que se deja el pellejo, literalmente, por Humanes de Madrid.

Pero de nada han servido estas reuniones, pues pese al talante conciliador de los representantes policiales, el Ayuntamiento sigue haciendo oídos sordos a sus legítimas peticiones. Desinteresadas, además, y que van encaminadas a mejorar la vida de los vecinos.

Porque lo que uno exige a sus políticos cuando llega a su casa no es ni más ni menos que paz y seguridad. Caminar tranquilo por sus calles, que si están limpias, mucho mejor. Y que sus negocios o seres queridos no sean asaltados por los maleantes de turno, que actualmente campan a sus anchas por la desidia de un alcalde y un Gobierno que, después de ocho años, se ha acomodado demasiado al sillón del Ayuntamiento.

Humanes de Madrid va camino de convertirse en una suerte de jungla de asfalto y basura, cuando no una especie de ciudad sin ley

Pues bien todo eso -seguridad y limpieza-, brilla por su ausencia a día de hoy en Humanes de Madrid. Un municipio que va camino de convertirse en una suerte de jungla de asfalto y basura, cuando no una especie de ciudad sin ley más propia de películas del oeste que ni el mismísimo John Ford filmaría en sus mejores años.

Y todo se debe a la cabezonería, la terquedad y el ego de un José Antonio Sánchez empecinado en su error. Un primer edil obcecado en no dialogar y atender a las sugerencias y reclamaciones de aquellos que más saben sobre seguridad en Humanes. Es decir, los policías que recorren sus calles a diario.

Alcalde rectifique. Está a tiempo. Abandone por un momento y por el bien de los ciudadanos esa cerrazón y haga caso a los policías. Está a tiempo de enmendar sus errores y volver a la senda del acierto. La seguridad de Humanes no es un juego. Y gobernar es escuchar, no imponer.