Getafe necesita un cambio. Y no lo decimos nosotros, que va. De hacerlo seríamos acusados de todo lo habido y por haber, por parte de los partidarios de la alcaldesa, Sara Hernández. Es ella mismo quien ha dicho que su tiempo se acabó al frente de la Alcaldía.

¿No se acuerdan? Pues refresquemos la memoria. Allá por 2015, Sara Hernández y el PSOE firmaron un decálogo con diez compromisos, a los que llamaron Código Ético. Y entre sus postulados estaba “aceptar la limitación de mandatos, por lo que no estaré en el cargo durante más de ocho años. Pasado este tiempo, si quisiera volver a ocupar el mismo cargo, habrán de pasar al menos dos legislaturas”. Es decir, que la fecha de caducidad está en el 2023.

Sin embargo, en octubre de 2021, los socialistas de Getafe se la envainaban y presentaban a Sara Hernández como su candidata. ¿Cómo lo hacían? Fácil: se sacaban de la manga “la posibilidad de ampliar dicho periodo si la asamblea de militantes así lo decidía”; algo que no aparecía en el Código Ético rubricado en 2015. A decir verdad, ya ni el propio decálogo se encuentra en la web del PSOE de Getafe.

Así que ni código, ni ética, ni palabra. ¿Es esta la alcaldesa que merecen los getafenses? Por supuesto que no. La credibilidad de la regidora y candidata brilla por su ausencia. Y a pesar de eso, sigue adelante en su intención de repetir una nueva legislatura. Eso sí, con el clásico arreón del vago.

Solo así se entienden todas las obras que tienen levantada la ciudad o el anuncio del ‘Plan Municipal de Vivienda’. ¡Qué casualidad, a escasos meses de los comicios locales! La losa es evidente. Si incumplió su propio Código Ético, ¿qué invita a pensar que cumplirá con la construcción de estos hogares? Máxime viendo el fiasco de otras promociones municipales, como las de El Rosón, cuyos propietarios han penado por la nefasta gestión de este equipo de Gobierno.

Con este panorama y tras casi ocho años, el tiempo de plazo que se dio la propia Sara Hernández, Getafe está parada. Solo funciona a base de inversión regional y europea, pese a que los vecinos ponen de su bolsillo un importante montante vía impuestos, que para eso ya dijo el concejal de Hacienda, el también socialista Herminio Vico: “Nunca vamos a bajar impuestos porque es injusto para la ciudadanía”.

Hablando de injusticias, pues: Injusto para la ciudadanía es tener un Ayuntamiento que hoy no les sirve, sino que se sirve de los getafenses. Injusto para la ciudadanía es tener un Ayuntamiento que solo reacciona cuando están a punto de hablar las urnas. E injusto para la ciudadanía es tener a una alcaldesa que incumple su palabra de forma sistemática.