Acción del partido entre el Burgos y el Leganés (foto: laliga.es)

La abultada goleada encajada este pasado fin de semana en Burgos (4-0) ha causado una enorme indignación en el entorno del CD Leganés. Más allá del resultado, suficientemente explicativo de lo que ocurrió en El Plantío, lo que más preocupa a los seguidores del equipo pepinero es la pésima imagen ofrecida en uno de los partidos que se consideraban fundamentales para aspirar a cotas más altas que eludir el descenso.

Tras esta lacerante derrota, sin embargo, los números y las sensaciones abocan de manera casi definitiva al colectivo pepinero a fijarse como único objetivo de aquí a final de temporada conservar la categoría, máxime teniendo en cuenta que su ventaja con los puestos de descenso se ha visto reducida a tan solo tres puntos mientras la distancia con la zona de playoff se ha ampliado hasta los doce.

El punto de inflexión que pareció marcar la llegada de Mehdi Nafti al banquillo de Butarque en sustitución de Garitano (3 victorias y 2 empates en sus 5 primeros partidos) se ha ido diluyendo con el paso de las jornadas y en las 6 jornadas más recientes el balance es de 5 puntos sumados sobre 18 posibles (3 derrotas, 2 empates y 1 victoria).

LAS PEÑAS EXIGEN MEDIDAS AL CLUB

Las críticas tras lo acontecido en Burgos, donde el equipo estuvo acompañado por 300 aficionados, han resultado inmisericordes y desde la Federación de Peñas se han exigido medidas a los responsables de la entidad a la mayor brevedad posible. «El equipo no puede seguir así  y es momento de tomar medidas desde el club. Si esto sigue así se nos puede ir de las manos definitivamente y hay que recordar de verdad de dónde venimos», señala el colectivo de peñistas en un mensaje publicado en su red de Twitter.

Pero es que tampoco desde el propio plantel blanquiazul esconden la magnitud del revés sufrido ante los de Julián Calero. «Ha sido un partido muy malo por nuestra parte y tenemos que hacer autocrítica. Hoy no hemos honrado el escudo que llevamos», indicaba a la conclusión del encuentro Rodri Tarín, que lo sentía especialmente por los aficionados desplazados hasta Burgos. «Por ellos tenemos que dar la cara y cambiar la imagen», insistía.