Foto: laliga.es

Dani Toribio (Girona, 1988) es de esos jugadores que están más a las duras que a las maduras. De esos que en los malos momentos tiran de galones para restituir la moral de un colectivo. Y ahora no iba a ser una excepción. Tras un fascinante arranque de curso, el Alcorcón anda metido en un bache que dura ya siete jornadas y la coyuntura parecía idónea para conversar con el capitán de la nave alfarera, que si algo reiteraba de manera recurrente durante esta entrevista para Al Cabo de la Calle es que “el fútbol es como la vida; cuando te caes, te levantas y sales adelante”.

A ver, ¿cómo se le puede explicar a alguien que un equipo que fue capaz de sumar nueve victorias en once partidos haya firmado cinco derrotas y dos empates en los siete últimos?
Sencillamente porque esto es una competición muy difícil. Esto es Segunda división y aquí puedes ganar o perder en nada. En estas derrotas, además ha habido circunstancias muy determinadas que han jugado en nuestra contra. Pero repito, esto es Segunda y son cosas que se pueden dar. Cuando entras en una espiral negativa a veces todo sale negativo.

¿Y cree que una dinámica de resultados tan adversa puede acabar pasando factura a nivel anímico?
No. Factura no. Al final el grupo tiene que buscar soluciones y levantarse. Tengo unos compañeros maravillosos y un cuerpo técnico experto. Aquí todos nos levantamos de los golpes y estoy convencido de que este domingo nos vamos a volver a levantar. Esto es como la vida, cuando te caes, te levantas y sales adelante”.

¿Han hablado de la situación en el vestuario?
Claro, pero hablamos todas las semanas. Siempre lo hacemos e intentamos solucionar las cosas. Esto es fútbol y ahora estamos una dinámica negativa, pero en el vestuario todos estamos listos para remar hacia delante.

Ahora que está de moda levantar la voz contra las determinaciones arbitrales quizá el Alcorcón tendría motivos para quejarse últimamente, sin ir más lejos ante el Sporting, ¿no le parece?
Pues la verdad es que sí. Nunca nos quejamos de los árbitros, pero llevan ya unas cuantas jornadas consecutivas en las que todas las equivocaciones son en contra nuestra. Nosotros no pedimos nada, pero que tampoco nos quiten. Ante el Sporting, por ejemplo, se anuló un gol legal a Juan –Muñoz- y no se señaló un penalti clarísimo a Víctor –Casadesús-. Y como ésas, muchas. Desgraciadamente todas sus equivocaciones nos están perjudicando y los árbitros deberían tener más en cuenta que nos estamos jugando mucho.

¿Cual debería ser el objetivo para lo que resta de temporada?
El objetivo prioritario es ser ambiciosos en el vestuario. Hay que llegar a la salvación lo antes posible, que es nuestro primer objetivo, pero a partir de ahí tenemos que ser lo más ambiciosos posible. Somos sextos y no hay que olvidarse de lo que ha hecho este grupo.

Cambiando de tercio, en el plano personal parece que por fin empieza a ver la luz después de su lesión…
La verdad que he pasado una temporada muy mala. No podía ni subir las escaleras de casa. Ha sido una de las peores lesiones de mi carrera, pero ya estoy volviendo a tener buenas sensaciones. Además, antes de Gijón venía también de una expulsión y estaba muy fastidiado porque dejé el equipo en inferioridad y estas cosas me las tomo como algo muy personal. Pero bueno, me he levantado de nuevo y estoy para ayudar al equipo en todo lo posible.

Cumple su cuarta temporada en Alcorcón y le quedan dos años más de contrato, ¿cree que todavía le queda cuerda para rato en el conjunto alfarero?
La verdad es que estoy muy contento aquí. Es cierto que en verano hubo cosas interesantes para salir, pero valoro mucho todo lo que me ha dado este club. Aquí me han dado algo más que futbol y eso es muy importante para nosotros. Yo eso lo valoro mucho y espero seguir muchos años más en Alcorcón.

Para el cierre le dejo el partido de este fin de semana ante el Córdoba ¿cree que el triunfo podría conllevar un punto de inflexión para volver a la senda buena?
Efectivamente. El partido del domingo es fundamental y creo que lo vamos a ganar porque veo al equipo muy metido. Este partido es el punto de inflexión que necesitamos para volver a reflotar la nave.