Alcorcón es una ciudad con fuerte tradición socialista. Sin embargo, tras años de desmanes, el PSOE ocupa un merecido lugar en la oposición desde el 2011. Año en el que ocupó el banquillo de pensar y reflexionar sobre un batacazo que entonces se achacó a las siglas. Pero hete aquí que cuatro años después, en 2015, la derrota de los socialistas de Alcorcón fue casi tan humillante como la de 2011, con el handicap, esta vez, de que a la izquierda de sus siglas aparecía un partido como Ganar Alcorcón. Y más cuando este sábado Pablo Iglesias viene a lucir músculo político a Alcorcón junto a su marca blanca, que en dos años ya ha robado el espacio natural de un PSOE incapaz de reaccionar.

Es una obviedad que pasado el ecuador de la legislatura los partidos ya están en clave electoral y a un año y medio de los comicios, el PSOE de Alcorcón parece no haber aprendido la lección que recibió en carne propia en 2011. La regeneración del partido es vital para construir una oposición en Alcorcón que fiscalice el buen Gobierno de la ciudad. Un Ejecutivo que está haciendo sus deberes pero que, por el bien de sus vecinos, necesita de una oposición sensata, responsable y con apariencia, al menos, de limpieza. Y eso, hoy día, no lo cumple la actual portavoz del PSOE de Alcorcón, miembro de la Ejecutiva de Pedro Sánchez y, a priori, candidata socialista a arrebatar la Alcaldía a David Pérez.

Natalia de Andrés, inocente hasta que se demuestre lo contrario, trae consigo un oscuro pasado como gestora de EMGIASA. En su carta de presentación, la Fiscalía pide para ella cinco años de inhabilitación por su responsabilidad en la quiebra de la empresa pública. Además, recientemente, el PP de la ciudad ha pedido una comisión de investigación para aclarar el presunto pago de 1,1 millones de euros sin concurso público a las sociedades Ábaco y Área Técnica 2006, gestionadas por un único administrador, Casimiro Masaguer, que estaba incluido en las listas del PSOE en 2015.

Volvemos a reiterar la inocencia de base de la portavoz socialista. Pero para alguien que está llamada a luchar por la Alcaldía de una ciudad como Alcorcón, todas estas cuitas son más que suficientes para dar un paso al lado y dejar sangre nueva en el socialismo local. Más cuando De Andrés, en nombre de la moral, la ética y la legalidad se harta en pedir la dimisión de David Pérez, inmaculado en su labor como gestor del municipio. Una artista en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Por el bien de una ciudad como Alcorcón, que se merece un Gobierno y una oposición a la altura de sus vecinos, el PSOE debe recapacitar. Aún hay tiempo, toda vez que el PSOE de Madrid, botada definitivamente Sara Hernández de la primera fila política, tiene dentro de dos semanas una cita con la regeneración. Habrá que ver si esa operación se extrapola a Alcorcón.

Mientras eso ocurre, no está de más recordar la senda marcada por el filósofo progresista José Luis López Aranguren que ya señalaba que la moral se esgrime cuando se está en la oposición, el lugar natural del actual PSOE.