El pasado mes de septiembre, el Ministerio del Interior hacía públicos los datos sobre la criminalidad en Alcorcón, reflejando que ésta, en los seis primeros meses del año, habían incrementado un 6,5% de media en la ciudad. Así pues el curso político no podía empezar peor en lo que a materia de seguridad se refiere.

El asunto está ahora no ya solo en los datos, más bien en la sensación que recorre Alcorcón desde entonces hasta ahora. Por ejemplo, hace menos de un mes, se producían en menos de diez días varios atropellos que el propio concejal del ramo reconocía en este periódico como preocupante.

Si bien es cierto que anunciaba una batería de medias encaminadas a paliar este desorden en la seguridad vial, anunciando como medida estrella para el próximo año 2020 la incorporación de semáforos con cámara para sancionar a los conductores que se salten el rojo. Y es cierto, también, que en las últimas semanas los policías municipales redoblan esfuerzos con controles de diversa índole.

Ya en el último Balance de Criminalidad publicado por el Ministerio del Interior se reflejaba un incremento de la delincuencia del 6,5%

En materia de tráfico, una vez aprobado que en episodios de alta contaminación éste se restringirá como medida de salud y conservación del medio ambiente (propuesta avalada también por los lectores de Al Cabo de la Calle), este fin de semana, en cambio, el caos sobrevenía a la ciudad con el primer fin de semana de apertura del X-Madrid.

Colapso total en Parque Oeste para penitencia de los vecinos del barrio. Y un síntoma de que toda planificación vial, en este sentido, ha fallado estrepitosamente, pues debió preverse que con la inauguración de una nueva zona comercial la avalancha de coches, compradores compulsivos o simples curiosos iba a ser demoledora, como así se ha demostrado. Y ahí estaba el ejemplo de la vecina Leganés, hace dos años, con Sambil Outlet. Bien es verdad que, pasada la novedad, ahora la situación es un oasis en el desierto. Y a esa moda pasajera se aferran los vecinos visto lo visto este fin de semana.

Los últimos sucesos conocidos por la opinión pública dan la impresión que hoy, Alcorcón es una ciudad más insegura que ayer

Volviendo al principio, con respecto a los datos de criminalidad, aún no hay cifras oficiales del momento actual. Pero sí hay eso de lo que llamábamos sensación a la vista de las intervenciones policiales que se están produciendo y que dejan a Alcorcón como ciudad principal en la página de sucesos.

Desde detenciones de atracadores de supermercados, a ladrones que esperan a nuestros mayores en sus portales para darles el palo, ataques a sedes de partidos políticos, culminando con presuntos abusos a menores (hasta once casos contrastados y pudieran ser más) que dan la impresión de que hoy, Alcorcón es una ciudad más insegura que ayer. Y mañana, lo que es peor, será más que hoy, haciéndonos la evidente pregunta de qué está pasando con la seguridad en el municipio.

Ya advertían desde la oposición (VOX, fundamentalmente), por ejemplo, de la necesidad de cubrir las vacantes en la Policía Local. Sobre todo ahora que se acercan a la jubilación varios agentes. Tal vez sea un problema de efectivos o falta de planificación. Pero sea lo que sea, Alcorcón no puede ser el paraíso de los amigos de lo ajeno ni de criminales. Hay que volver a los datos de antaño. Y para eso es necesario que desde el Gobierno local se pongan las pilas y trabajen. Los ciudadanos lo agradecerán.