AYUNTAMIENTO ALCORCON

Difícil tarea asumió David Pérez hace seis años, cuando los alcorconeros le hicieron alcalde por primera vez: sacar a Alcorcón del pozo de despilfarro y endeudamiento en que los socialistas, con Cascallana a la cabeza, sumieron a la ciudad. Y mérito suficiente fue no morir en el intento, durante la peor crisis económica que ha vivido España en los últimos 60 años.

Quizá por eso, los alcorconeros volvieron a confiar en el PP y en David Pérez. Y aunque esta vez no le otorgaron la mayoría absoluta, es justo reconocer que Alcorcón es el municipio más importante, no sólo de la zona Sur, sino de toda la Comunidad de Madrid, donde hay un alcalde del PP; cuando en la pasada Legislatura el mapa regional era completamente azul. Y los alcorconeros lo hicieron por algo: se cortaron de raíz los despilfarros, se comenzó a amortizar la deuda, se mantuvieron todos los servicios públicos municipales sin subir impuestos, no ha habido ni un solo caso o atisbo de corrupción y la actividad económica y la creación de empleo detuvieron su caída para empezar a recuperarse.

Hoy, seis años después, Alcorcón comienza a recoger los frutos: es la ciudad con la tasa de paro más baja de la zona Sur, y eso tiene que ver con que más de 100 nuevos inversores regionales, nacionales e internacionales en el último año se hayan interesado por Alcorcón, a través de la Oficina del Inversor. De hecho, Bauhaus, Bricomart, Chaussea o Ikea han sido algunas de esas empresas que, tras ser recibidas y bien tratadas por el Consistorio, han invertido en la ciudad y han creado empleo, hasta el punto que la tienda Ikea récord de ventas en España es la de Alcorcón.

Good news, no news, reza el archifamoso axioma periodístico que niega cualquier sosiego, optimismo o confianza en sus representantes al sufrido ciudadano. Sin embargo, la ética, la deontología y el rigor exigen ser justo y ecuánime tanto en la crítica y la denuncia como en el elogio del trabajo bien hecho. Y, sobre todo, exigen tanto denunciar lo que se hace mal como alabar, sin ocultarlo, lo que se hace bien.

Y desde estas líneas, precisamente para ser más justos y creíbles ante la opinión pública cuando toque criticar, también alzamos la voz para informar y opinar cuando las cosas se hacen bien. Porque, al final, los problemas reales de los ciudadanos, sobre todo el empleo, no se solucionan montando escándalos y sediciones en los Plenos; no se solucionan tergiversando actividades extraescolares para hacer parecer a colegios confesionales cuevas sexistas o integristas; no se solucionan exhumando extemporáneamente declaraciones del Alcalde donde manifiesta su poco aprecio por las feministas radicales; no se solucionan poniendo la bandera del orgullo gay en la fachada del Ayuntamiento; no se solucionan con constantes amenazas de moción de censura ni tampoco creando a troquel comisiones de investigación para hacer un titular.

Los problemas se solucionan arremangándose y trabajando duro por los vecinos, aunque a veces se cometan errores. Se solucionan tomando decisiones; se solucionan atrayendo inversiones en lugar de espantarlas; se solucionan teniendo las calles limpias y los servicios públicos funcionando y se solucionan gestionando en lugar de vocear en la calle consignas prefabricadas y de prometer lo que se sabe de antemano que no se va a cumplir, como puede comprobarse en los ayuntamientos donde el PSOE ha dejado gobernar a los adalides de la nueva política y del viejo izquierdismo de siempre. Buenos para hacer eslóganes y convocar manifestaciones, nefastos para gestionar el dinero y los intereses de los vecinos.

De ahí que, desde estas líneas, hagamos un balance positivo de estos dos años de Legislatura municipal en Alcorcón, porque mejora lo que más importa a los vecinos, que es el empleo, porque no se han subido los impuestos y porque el Gobierno municipal se dedica a gobernar, no a adoctrinar o a dar rienda suelta a fantasías adolescentes. Alcorcón remonta, y eso es una buena noticia, aunque no sea noticia.