Llega un momento en la vida en que se hace necesario poner pie en pared, ante el abuso sistemático de quien ostenta el poder y cree que es algo eterno. Los periodistas sabemos de esto, pues a menudo hemos de hacerlo, ante las presiones de quien no quiere que la luz borre de un plumazo la oscuridad.

Sí, la oscuridad es ausencia de luz. La misma que quieren encender muchos sectores de la población en municipios como, por ejemplo, Pinto y Valdemoro. Y es que, en Pinto, los policías locales, como hicieran en su día los bomberos, han dicho ¡basta! al alcalde socialista Diego Ortiz. Es más, recientemente han publicado un mensaje los distintos sindicatos muy duro donde, textualmente, dicen que “el PSOE de Pinto no apuesta por la seguridad”.

Eso, en un contexto donde la criminalidad ha crecido esta legislatura un 7,4%. Solo en el último año, las infracciones penales se han disparado en Pinto un 23%. Los dicen los datos publicados por el Ministerio del Interior, del mismo signo político que un Gobierno municipal, que no se entera de la misa la mitad. O, peor aún, enterándose, sigue de brazos cruzados ante una inapelable realidad: Pinto es la ciudad más insegura del Sur de la Comunidad de Madrid.

Su vecina Valdemoro no le anda a la zaga, pues en cuatro años la delincuencia ha escalado un 6,3% y en 2022 un 8,9%. Aquí el alcalde, Sergio Parra, es ya prácticamente irrelevante y el 28 de mayo será el final de su carrera política. Por lo que en estos meses no hay visos de que mejore la situación.

Pero en Pinto, su actual alcalde sí tiene oportunidad de tener, al menos, representación la próxima legislatura. Como alumno aventajado del ‘sanchismo’, es muy dado al donde dije digo, digo Diego, y ahora lo empiezan a ver los policías locales. Su homólogos compañeros de emergencias, los bomberos, lo conocen desde hace años ya. Llevan mucho batallando porque desde el Ayuntamiento de Pinto se reconozca de una vez por todas su valía y esfuerzo.

En este tiempo han denunciado las constantes usurpaciones a sus funciones, que ponen en peligro no solo a aquellos quienes las perpetran, sino a toda la ciudadanía. Unos vecinos que, para más inri, pagan dos veces por el mismo servicio, por capricho de unos gobiernos que no representan a los pinteños.

Afortunadamente, eso tiene una oportunidad de llegar a su fin en apenas dos meses. Las urnas se abren el 28 de mayo y, como las puertas y ventanas, el aire fresco y nuevo tiene que abrirse paso entre las dependencias municipales. Por su arrogante actitud, el alcalde de Pinto se ha ganado a pulso la animadversión de dos colectivos a los que únicamente les interesa la seguridad de sus ciudadanos. Y a buen seguro, que las urnas respaldarán estas voces de cambio, como en Valdemoro.