Queda menos de un mes para que Getafe celebre sus fiestas patronales, otrora envidia de las ciudades vecinas. Decimos antaño porque cada edición van perdiendo frescura en contenido y participación. Y parece que en esta edición el asunto pinta en bastos, si nos atenemos a la advertencia de más de cien feriantes que se han topado de bruces con esa voracidad recaudatoria. Ellos han sido las últimas víctimas de un afán fiscal que vienen sufriendo desde 2015 hosteleros, comerciantes, vecinos -IBI mediante-, los ancianos y sus actividades deportivas.

Más de cien feriantes advierten de que el Recinto Ferial se quedará sin atracciones si el Ayuntamiento no rebaja las condiciones económicas

Así han advertido que la ciudad corre peligro de quedarse sin atracciones en el Recinto Ferial si el Gobierno aguafiestas de Getafe no rebaja las exigencias económicas para, por ejemplo, pagar la fianza por instalar un puesto o el seguro de responsabilidad civil. Así han puesto de ejemplo como de un año a otro, una feriante con más de 28 años de antigüedad en la ciudad, ha pasado de dejar un depósito de 700 euros a 1.400, y le piden incrementar el seguro de responsabilidad civil de 600.000 euros a 1,5 millones de euros. Cantidades del todo inasumibles por diez días de trabajo.

Para que la situación sea irreversible quedan escasas dos semanas. Concretamente el 20 de abril tienen de plazo para presentar alegaciones. Habrá que ver la cintura política del Ejecutivo de Sara Hernández y su concejal, rival en la sombra, Raquel Alcázar, para solucionar este quilombo. Más que nada, porque conviene recordar que dentro de un año se enfrentan al poder de las urnas, y no hay peor bagaje ni carta de presentación para un político que dejar sin fiestas a su pueblo.

Y es que las fiestas patronales para una ciudad son sagradas. Son tradición transmitida de generación en generación. Son esparcimiento. Encuentro entre vecinos. Días de jolgorio y escape de la aburrida rutina. ¿Qué le queda al vecino si le quitan sus fiestas que solo puede disfrutar de año en año? Poca cosa.

Los hechos hoy en Getafe son los feriantes en pie de guerra y el banco Santander retirando vehículos municipales por morosidad del Ayuntamiento

Por eso no es para tomarse a juego el sentimiento de toda una ciudad como Getafe, que no entiende como su Ayuntamiento, el de Sara Hernández, alardea de tacañería a la escocesa con los servicios al ciudadano, con los feriantes, con el pago a proveedores -disparado cada vez más-, pero gasta en propaganda lo que no está escrito -véase LYMA- o mantiene el dinero a buen recaudo, perdiendo valor y cogiendo polvo. Si no recuerden el tirón de orejas de la Tesorería por la nefasta tramitación de facturas para pagar a proveedores.

Incongruencias de un Ejecutivo caduco, al que estos casi cuatro años de gestión le han venido grande. Enorme. Porque una ciudad como Getafe no puede gobernarse a base de eslóganes y mamandurria para unos pocos. La ciudad se gobierna con hechos. Y esos hechos, hoy, son los feriantes en pie de guerra por la voracidad recaudatoria del Ejecutivo de Getafe. Y también el banco Santander retirando vehículos municipales por una deuda de 127.000 euros. Una imagen, a todas luces, paupérrima y provocada, en parte, por un Gobierno aguafiestas.