ULEG Leganes

Hace ya siete meses que Al Cabo de la Calle destapó el caso del misterioso concejal pepinero que hizo saltar la banca de las cotizaciones a la Seguridad Social. Un episodio digno de ser tratado por ese entretenido espacio de documentales que emite el canal de televisión Discovery Max llamado ‘¿Cómo lo hacen?’. Porque eso de conservar el puesto de trabajo en una empresa privada y, al mismo tiempo, ¿trabajar? al 80% de dedicación en el Ayuntamiento de Leganés, da como resultado un 180% de dedicación laboral.

Y, como dijimos en su momento, no crean que el superhéroe vecinal o su mudo e inane brazo de madera, el Sr. Almagro, el protagonista de esta historia, se dignaron ofrecer una explicación coherente de por qué un señor que está presuntamente al 100% en una empresa privada tiene que cobrar el 80% de una dedicación exclusiva en el Ayuntamiento de Leganés a razón de 40.000 euros al año. Y no la dieron porque no la hay.

Por eso, en lugar de pedir perdón y dejar de abusar del dinero público, el Sr. Delgado Pulido activó su cara de hormigón armado y su moral de fariseo para emprenderla a salivazos dialécticos contra este periódico, atrincherándose en la presunta legalidad de las actuaciones del Sr. Almagro. Pero el colmo de la desfachatez de ULEG llegó cuando el sicofanta culpó a los grupos políticos del consistorio pepinero por haber aprobado en Pleno el régimen retributivo del que continúa abusando el Sr. Almagro, siempre en silencio, quizá por aquello del dame pan y llámame tonto, listo o fresco.

Estalló el escándalo, y el Pleno, a petición del PP, aprobó la creación de una Comisión de Investigación sobre este asunto. Pero de eso hace ya seis meses, y la convocatoria, que depende del Alcalde, es como el Mesías, siempre se le espera, pero por incomprensibles razones nunca acaba de llegar. Y eso que el PSOE de Leganés exigió contundentemente la inmediata dimisión del Sr. Almagro al conocer del asunto.

Este otro misterio, el de la falta de convocatoria de la ya conocida como Comisión del ‘Caso Almagro’, habrá que confiárselo probablemente a Iker Jiménez, para que lo trate en ‘Cuarto Milenio’, porque desde fuera no se nos alcanzan las razones por las que esa comisión continúa en el congelador de la Roca. Recientemente, Miguel Ángel Recuenco, portavoz popular en el Consistorio, ha vuelto a recordar que esa comisión sigue sin inaugurarse, y quien teóricamente debía presidirla, el edil de Comercio y representante de IU, Rubén Bejarano, continúa haciéndose el sueco.

¿Miedo en la Roca? ¿A qué, o a quién? ¿A las difamaciones del sicofanta Delgado y sus títeres de dentro y de fuera del Ayuntamiento? Ya hemos señalado en reiteradas ocasiones que del superhéroe vecinal no cabe esperar más que el insulto, la calumnia o la difamación, haga lo que haga el Alcalde, el gobierno municipal o el resto de los miembros de la Corporación. Y si la estrategia del gobierno municipal es esconder cobardemente la cabeza bajo tierra como el avestruz, más vale que quienes hoy gobiernan el consistorio pepinero pasen ya a la oposición, comenzando por el Sr. Llorente y por el Sr. Bejarano.

Son muchas las preguntas que se hacen los vecinos que podrían indagarse en esa comisión. Por ejemplo, ¿cómo se financia el chiringuito político del Sr. Delgado, y si está auditado por la Cámara o el Tribunal de Cuentas? ¿Cómo y cuántos ingresos contabiliza y declara el Sr. Delgado por el otro chiringuito, el de las fiestas patronales, donde nunca se le ve separarse de la caja registradora? ¿Por qué presenta candidatura a las Elecciones Autonómicas cuando no tiene ni la más remota posibilidad de obtener un escaño? ¿Para obtener, quizá, el censo electoral completo de la Comunidad de Madrid con los nombres, apellidos, direcciones y DNI de todos los ciudadanos madrileños? ¿Y con qué objeto? Son preguntas legítimas y pertinentes cuya respuesta, un presunto adalid del rigor, la transparencia y las cuentas claras, no debería rehusar. Como tampoco cabría descartar, a priori, –y aquí está el meollo de la cuestión y de la Comisión– la presunta posibilidad de que una parte importante de esos 40.000 € al año que se embolsa el Sr. Almagro por un 80% de dedicación fantasma vayan, de un modo u otro, a parar a las arcas de ULEG como contribución “voluntaria” a la causa. Y la mejor forma de salir de dudas es poner a funcionar la Comisión del ‘Caso Almagro’, sin más excusas y sin más dilaciones.