El 4 de mayo de 2021 Más Madrid logró el hito de dar el sorpasso al PSOE en la Comunidad de Madrid. Contra todo pronóstico, los de Mónica García dejaron tiritando a los socialistas, llegando a provocar la caída del insigne Ángel Gabilondo, si bien es cierto que a éste no le ha ido mal desde entonces, pues pasó de ser barrido por Ayuso y adelantado por la médica y madre más famosa de la política regional, a vivir a la sopa boba como Defensor del Pueblo. Nunca una derrota había sabido tanto a victoria, profesor.

La cuestión es que la marca madrileña de Íñigo Errejón se hacía hegemónica en la parte izquierda de la Comunidad de Madrid, cogiendo fuerzas para un 28 de mayo que se antoja crucial para sus aspiraciones. Nunca hay que dar por muerto al PSOE, de los partidos más longevos de nuestra historia. Y por algo es. Para derrotar al PSOE se necesita ir a la brega sin complejos, y en los últimos días, los de Mónica García y Errejón están perdiendo fuelle.

Con Podemos residual y los socialistas en desbandada, acuciados por el peso del ‘sanchismo’, Más Madrid no consigue despegar. Ahí está la encuesta de Sigma Dos en Alcorcón, que no da representación al partido, siguiendo la estela del difunto Ciudadanos. Pero es que además, en plazas como Valdemoro, donde también los naranjas se irán al cajón del olvido, Más Madrid ha mostrado su acomplejada debilidad.

Y es que ha echado -dicen que renuncia- de la lista que lidera Javier Carrillo al número 15, Jesús Paniagua, actual presidente de ACUSVAL y figura clave del asociacionismo valdemoreño. Y todo porque formó parte de Falange y luego de Ciudadanos, para finalmente pasar a Más Madrid. ¿Y qué?

¿Acaso Jorge Vestrynge no fue un falangista consumado para ser padrino años después de Podemos? ¿No fue Ramón Tamames miembro del Partido Comunista para ser luego candidato de la moción de censura de VOX? ¿No blanquea la izquierda española al etarra Otegui y hoy mal llamado ‘hombre de paz’? ¿Es que Más Madrid no cree en la evolución política de las personas? ¿Más Madrid tiene un pensamiento único que nunca cambia?

Si es así, mejor que se queden fuera de los ayuntamientos. Si en Más Madrid no confían en el cambio de ideario de las personas, que un día se puede defender una cosa y otro día la otra, siempre con argumentos, obviamente, Más Madrid demuestra una concepción infantiloide de la política regional y municipal.

En este momento se necesitan políticas sin complejos y el partido de Mónica García, en Valdemoro, ha cometido un error garrafal, expulsando al asociacionismo valdemoreño, solo porque hace años, su presidente, pensaba de una manera que hoy no es la misma. Como Más Madrid, que salió de las entrañas de Podemos y hoy reniegan de su pasado. ¿No merecen todos la misma oportunidad? Desgraciadamente, en el sectarismo del partido, se ve que no.