Hace pocos días se cumplían dos años del cambio de gestión del antiguo Pintogym. El entonces Gobierno de Pinto, encabezado por Rafael Sánchez, se cargaba de golpe y porrazo un modelo intachable, sustituido por lo que ahora se conoce como Abono Deportivo.

Entonces, hace dos años, Sánchez no sabía que estaba acabando con una vida, la del gimnasio, al mismo tiempo que cavaba su propia tumba política. Y es que tras el cambio de gestión y modelo se produjo un movimiento vecinal sin precedentes y en contra de la decisión del Ejecutivo de Ganemos Pinto. Un grupo de personas, usuarias del gimnasio fundamentalmente, se revelaba contra el poder, se echaba a la calle a recoger firmas y a denunciar la traición de los que antaño fueron compañeros de batalla y puso contra las cuerdas a todo un Gobierno que, desquiciado, solo contrarrestaba el empuje vecinal con peinetas y desplantes varios.

Hace dos años Sánchez no sabía que estaba acabando con una vida, la del gimnasio, al tiempo que cavaba su propia tumba política

La figura del alcalde, por los suelos. Y su gestión en todo este asunto; nefasta. De hecho la primera adjudicación tuvo que revertirse y ya cuando la bocina de las elecciones estaba a punto de sonar, con Sánchez y su equipo en la lona a la espera de pasar a mejor vida en la oposición, se volvió a adjudicar por segunda vez el servicio de Abono Deportivo.

La crisis originada ahora hace dos años tiene visos de perdurar en el tiempo, pues el guante lanzado por un grupo de usuarios del gimnasio ha sido recogido por la asociación la Casa de Pinto, que se ha puesto a hacer un trabajo fiscalizador de todo este proceso que vergüenza debería producirle a la clase política pinteña. Cuando la política falla -algo que ocurre a menudo pues poderosos caballero es Don Dinero- los vecinos tienen que salvar el orgullo de un pueblo que se resiste a hincar rodilla frente al poder.

Y en estas que la Casa de Pinto, tras un trabajo de recopilación de información exhaustivo durante un año, ha decidido continuar la batalla interponiendo denuncia ante la Fiscalía por la presunta comisión de delitos nada baladíes. A saber: prevaricación, malversación de caudales públicos, tráfico de influencias, estafa y administración desleal del patrimonio público.

La Casa de Pinto ha decidido continuar la batalla por el gimnasio, dos años después, interponiendo una denuncia ante la Fiscalía

Con las cartas sobre la mesa, le corresponde ahora a la Fiscalía decidir si existe algún tipo de irregularidad que deba ser puesto en conocimiento del juez. De ser así -aunque esto es solo una hipótesis-, el conflicto del gimnasio volverá a marcar la agenda de esta legislatura como hizo en la pasada. Y recordemos que, hasta que no se diga lo contrario, la adjudicación del Abono Deportivo sigue vigente.

Sea como fuere y pasados ya dos años desde que se inició todo el conflicto, el ejemplo de como un grupo de vecinos es capaz de desenmascarar a un Gobierno siempre estará ahí. Un espejo en el que futuros ejecutivos deben mirarse y concienciarse de las consecuencias que pueden acarrear gobernar de espaldas a la gente.