(Foto: ACB Photo/E. Cobos)

De cómo se puede pasar en apenas cuatro días de tocar el cielo europeo en el estreno de Champions a ser literalmente descuartizado en la Liga Endesa puede dar buena cuenta el Montakit Fuenlabrada. El pasado miércoles escribía una de las páginas más brillantes de su historia al asaltar la cancha del Brose Bamberg en un épico final de partido. Este domingo, en cambio, firmaba una de las más denigrantes que se le recuerda al caer por 60-110 ante el Kirolbet Baskonia en presencia de sus incondicionales.

Cuando pierdes un partido por 50 puntos de diferencia y ante tu público pocos paliativos se pueden poner porque la realidad es que todo salió rematadamente mal en el bando fuenlabreño. Cogió 19 rebotes menos que su adversario (46 por 27), repartió 22 asistencias menos (29 por 7) y sus porcentajes de acierto en el lanzamiento fueron lamentables de principio a fin. Si a eso unes que su entramado defensivo tenía más agujeros que un queso de gruyere y el rival rinde a un nivel sublime, la consecuencia no puede ser otra que un marcador de esos que quedan para las hemerotecas.

La cosa empezó a pintar mal prácticamente desde el salto inicial. La defensa local brillaba por su ausencia y entre Hilliard y Voigtmann, que vale igual para un roto que par aun descosido, lideraban un parcial de 2-23 que marcó la suerte de un encuentro que siempre se mantuvo cuesta abajo para los vitorianos, cuya ferocidad en los marcajes y su empeño a la hora de rebañar los rebotes no encontraban oposición.

Daba igual que Julbe pidiera tiempos muertos o que Pedro Martínez fuera rotando a sus hombres. El Fuenla no deba señales de vida mientras el Baskonia martilleaba sin piedad su aro. Jugadores referentes como Popovoc, Eyenga o Pako Cruz no aparecían por más que se les necesitaba y las diferencias no hacían sino ensancharse. Al descanso el marcador era ya de 25-63 y la sensación era que eso no había manera de levantarlo.

Faltaba por ver si el descanso resultaba reparador para los fuenlabreños, que intentaron reducir los daños. La entrada en escena de Marc García con un 2+1 hacía presagiar un talante distinto en los locales, pero una andanada de tres triples prácticamente consecutivos de Hilliard, Huertas y Janning volvió a descoser al Fuenla, que para el final del tercer cuarto ya había bajado definitivamente los brazos (42-90).

Colmada su avidez, el Baskonia bajó relativamente el pistón en el último cuarto. Entre eso y que Rupnik y O´Leary sacaron a relucir el orgullo que tanto había escaseado hasta entonces, los últimos minutos se consumieron sin que la renta visitante se disparase hasta límites estratosféricos, si es que el 60-110 del final no merece tal calificativo.

«Lo primero es pedir disculpas a la afición», señaló Agustí Julbe a la conclusión del encuentro, «porque no hemos honrado al club, ni al patrocinador, ni a la ciudad». Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro. Por suerte el equipo fuenlabreño tendrá muy pronto la primera ocasión para recomponer su maltrecha imagen. Será este martes ante el Antwerp Giants belga en la segunda jornada de la Champions y de nuevo en el Fernando Martín.