España tira a la basura 60.000 millones de euros de dinero público al año. Literalmente. No lo decimos nosotros, sino el último estudio recientemente publicado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), que ha analizado el índice de eficiencia del gasto público en 37 países de nuestro entorno.

En sus conclusiones, España tiene un importante diferencial negativo, del orden de un 25%, tanto en relación con la media de la Unión Europea como de la OCDE, ocupando el puesto 29 de los 37 países desarrollados, y experimentando un deterioro significativo en los últimos años.

Y aún arroja más datos demoledores. Nuestro país podría reducir en un 14% el gasto público y seguir ofreciendo el mismo nivel de servicios públicos, si lograra mejorar su eficiencia, hasta alcanzar cotas similares a las de la media de la OCDE. Según el Instituto, esto supondría un ahorro de recursos del orden de unos 60.000 millones de euros al año, que además podrían ser más, pues toman como referencia datos del 2019. Es decir, previos a la pandemia de Covid-19 y al actual contexto de guerra tras la invasión rusa a Ucrania.

Y el Gobierno de España de PSOE y Podemos, más sus socios totalitarios de ERC, PNV o Bildu, no parece estar por la labor de atajar esa hemorragia de dinero público, sino todo lo contrario. El Ejecutivo aún pretende seguir sangrando a las familias españoles, a base de subidas del IRPF, impuestos indirectos y gravando aún más energías como la gasolina, de cuya factura, dos tercios, van a parar a un erario público, que sigue dilapidando fortunas en nefastas políticas, bajo la bandera de la igualdad, la resiliencia o el ecologismo. Eufemismos para saquear aún más a un sector privado que tiene los dos pies en la UCI.

El Instituto de Estudios Económicos revela que España podría reducir un 14% el gasto público y prestar los mismos servicios. Estos son 60.000 millones de euros. Pero lejos de atajarlo, el Gobierno ya planea subir impuestos

Solo un grupo de psicópatas no es capaz de ver que el bolsillo de los españoles, tras dos años de pandemia durísima, ERTEs y EREs, no da para pagar más impuestos. Es insostenible. Máxime en un tiempo inflacionista, que este Gobierno sin duda tampoco a va a cortar, pues saca tajada del sufrimiento de pymes, empresas, autónomos y trabajadores.

Ahora, la voracidad recaudatoria del Gobierno de Sánchez ha encontrado la excusa perfecta de la invasión en Ucrania, para argumentar la brutal subida de gasolina, luz y alimentos, cuando llevamos más de un año soportando estas calamidades. Una cabeza de turco que no forma parte ni de la UE ni de la OTAN, para que Occidente no se manche demasiado las manos de sangre. Tan triste como cierto.

Pero ante tanto pesimismo y esa especie de resignación que cunde entre los españoles, ante un Gobierno, sindicatos y representantes políticos que nos han abandonado, nos seguimos teniendo a nosotros mismo, a nuestros familiares y amigos. Un pueblo que, ante la peor de las coyunturas, saldrá adelante, como siempre lo ha hecho. Aceptemos la situación, sin resignación, y solo así podremos dar la vuelta a esta época de desgracias y desgraciados.