psoe ganemos pinto

Resta menos de un año para las municipales de 2019. Los partidos políticos ya se han puesto en la línea de salida de la carrera electoral y alguno lleva demasiada carga para emprender la competición, llegar a la meta el primero y hacerse con la Alcaldía de Pinto.
Empezando por Ganemos Pinto, partido de Gobierno.

Desde que se hicieron con el bastón de mando en el municipio sin ser la fuerza más votada en 2015 -en contra de su programa electoral; la primera en la frente- Ganemos ha sido una gran decepción para parte de su electorado que confiaba en un proyecto “novedoso”. Solo han bastado tres años para evidenciar que Ganemos Pinto ha sido más de lo mismo. En estos años ha sido incapaz de revertir las privatizaciones y proyectos de remunicipalización que había prometido en campaña electoral. Pero, además, ha sembrado el caos y el desorden allí donde no lo había, generando problemas entre la ciudadanía y lo más preocupante: enfrentando a unos vecinos con otros.

La máxima expresión de este clima conflictivo se ha vivido con el cambio de gestión del antiguo Pintogym. Un problema que ha dividido al propio Ganemos en sus entrañas y que ha levantado rencillas peligrosas en los pinteños. En octubre volverá a vivirse otro nuevo capítulo de este problema que germinó por una decisión caciquil y déspota del equipo de Gobierno. Dos adjetivos que califican la gestión de Ganemos Pinto todos estos años. Porque antes de Pintogym ya coleaba el conflicto con los taurinos, dejar a varios ancianos sin plaza en plenas navidades en la residencia y tomar decisiones unilaterales sin escuchar a los vecinos, como el caso del skatepark. Decisiones todas ellas que han sorprendido a los pinteños dado que vienen de los adalides de la participación y lo colectivo.

Sin embargo, Ganemos se ha caracterizado en esta legislatura por esa máxima de gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo. Ha traicionado y herido muchas sensibilidades, dejando huérfana a una izquierda que gira ahora su mirada al PSOE. Un Partido Socialista liderado en Pinto por Diego Ortiz y Lorena Morales. El primero ha afianzado su poder en las filas socialistas locales, y Morales se ha convertido en referencia del socialismo y la izquierda regional en políticas de Igualdad y contra la Violencia de Género. Dos materias en las que Ganemos no ha estado a la altura de las expectativas creadas durante la pasada campaña electoral.

El evidente desgaste de un Ganemos Pinto amortizado, carente de mensaje y sobre todo hechos, con una política hipócrita de mantener privatizaciones y sembrar el caos en la administración, beneficia a los socialistas pinteños. A ello se suma la moción de censura triunfal de Pedro Sánchez, que tuvo el apoyo unánime del PSOE de Pinto. Sin olvidar a un PP al que las siglas nacionales le pesan factura, pese a que en el ámbito local se defiende como puede y ejerce su labor con total dignidad y empeño. Todos esos ingredientes relanzan las aspiraciones de Ortiz y los suyos de volver a la Alcaldía tras un largo periplo por el desierto de la oposición, donde ha sabido ejercer su trabajo y arrimar el hombro cuando era necesario y criticar cuando tocaba.