Foto: CD Leganés

No pudo encontrar mejor momento el CD Leganés para rehabilitarse que la visita del Barça. Los de Pellegrino llegaban al duelo cabizbajo, heridos y sin haber estrenado el casillero de triunfos, pero acabaron derrotando al gigante azulgrana tras una épica remontada que llevó el éxtasis a las gradas de Butarque.

Todo sucedió en un minuto para la historia de los blanquiazules, que habían jugado cuatro ocasiones con los culés y todas habían acabado en derrota. Este miércoles, en su ‘peor’ momento y bajo de ánimos, sacó la casta para ganar remontando, algo que no le ocurría al Barça en Liga desde hace más de dos años. Una victoria mayúscula que añade dudas en el equipo de Valverde.

El choque comenzó de la mejor manera para los blaugrana, que pronto encontraron en Messi y Coutinho la mejor de sus conexiones. El argentino y el brasileño generaron el primer ‘runrún‘ en el sur de Madrid, ansiados por ver que su equipo podía plantarle cara al rival con más presupuesto de la Liga. Era otro ‘David contra Goliat’ que no apuntaba a romper los pronósticos. Los milagros no existen. O eso dicen.

Coutinho fue el encargado de inaugurar el marcador con un disparo brutal desde la frontal del área. El lanzamiento fue directo al fondo de las mallas. Nadie hubiese apostado en ese momento por un Lega que estaba hundido, sin capacidad de respuesta y sufriendo en un cara a cara muy desigual. Líder contra colista. Rico contra pobre. Pez grande contra pez chico.

Pero le dio igual al equipo de Pellegrino, que cambió su planteamiento a los 20 minutos para defender más junto y atacar con laterales muy profundos. El Lega espabiló y el Barça se echó a dormir pensando que el partido se resolvería en alguna acción de la primera mitad. Messi, que dejó su sello como siempre, estampó el cuero en la mismísima cruceta en lo que fue el mejor aviso tras el gol culé.

A partir de ahí nació un nuevo partido. En Nesyri no dejó de pelear, de presionar y de cuestionar la buena actuación de Piqué y Umtiti. A él se sumó un excelente Óscar Rodríguez, que terminó la primera parte haciendo estirar a Ter Stegen en un lanzamiento precioso al segundo palo. El Lega se deseperezó, pero enfrente estaba el líder y quedaba lo más difícil.

La segunda parte mantuvo la misma versión del Leganés. Un equipo con frescura y decidido a ganar metros con tal de ahogar la salida del balón de los catalanes. Así llegó el primero de la noche para los pepineros. Un sensacional robo de Vesga sirvió a Jonathan Silva en la banda izquierda. El ex de Boca Juniors la puso con nieve en el corazón del área y El Zhar remató a gol con la cabeza pese a sus escasos centímetros.

Apenas 68 segundos después llegó el 2-1 -celebración incluida- y Butarque estalló. Un error clamoroso de Piqué en su intento por despejar habilitó al madridista Óscar Rodríguez para marcar a placer con un gesto de muchos quilates evitando el desequilibrio. El gol recargó de gasolina a un Leganés que seguía sin creerse lo que estaba ocurriendo.

Tampoco lo creía el Barça, que tuvo que arremangarse para meterse en faena. Valverde corrigió sus experimientos y dio entrada a Luis Suárez, Jordi Alba y Malcom, confiando en poder encontrar una rendija en la férrea defensa local para buscar, al menos, el empate. Y ahí, en la dificultad máxima apareció el ‘Pichu’ Cuéllar, muy cuestionado en este principio de temporada.

El extremeño firmó dos paradas monumentales a tiros de Coutinho y Rakitic, éste último a bocajarro, y encontró la reconciliación con la grada del Municipal a nueve minutos para el final. Los culés se volcaron, pero fueron incapaces de borrar la sonrisa a los pepineros. Una victoria que calma los ánimos en Butarque y que alimenta las dudas de un Barça que ya se ha dejado 5 puntos de 18 posibles.