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Le costó muy cara al CD Leganés su desidia inicial. Para cuando quiso dar señales de vida en el Bernbéu ya había tenido que coger dos balones del interior de su portería y levantar semejante desventaja ante un Real Madrid fue un muro imposible de escalar para el equipo pepinero, que dio toda la impresión de salir con el freno de mano echado a sabiendas que su liga es la de este domingo ante el Eibar.

Así lo dejó entrever ya de salida Luis Cembranos, que introdujo nada menos que seis cambios en el once con respecto a la alineación que formó de salida ante el Mallorca. Empezando por la portería, con Juan Soriano por Cuéllar, y terminando por la punta de ataque, con En Nesyri enlugar de Carrillo. Y tanto cambio no le sentó bien al colectivo, que hizo aguas en defensa desde el mismo pitido inicial.

El Madrid, que no tardó en oler la vulnerabilidad de su adversario, abrió el campo y encontró el acierto que le había faltado en anteriores compromisos. A los cinco minutos Rodrygo, que estrenaba titularidad en liga, embocaba un paso de Benzema y prácticamente sin solución de continuidad el francés repartía otra asistencia, esta vez con Kroos como destinatario, y el alemán firmó el segundo con cierta habilidad.

El ‘Lega’ estaba en la lona a las primeras de cambio y su oponente buscaba rematar la faena para evitar sobresaltos y el tercero llegó tras un penalti de Soriano sobre Hazard que transformó Ramos a la segunda porque hubo de repetir el lanzamiento.

Solo entonces pareció desperezarse el cuadro leganense, que al menos obligó a estirarse a Courtois en un espectacular lanzamiento de Óscar que sacó el meta belga con la yema de los dedos.

Escaso bagage para un Leganés que mantuvo la compostura tras el descanso, en parte porque los de Zidane bajaron algo el pistón, pero siguió mirando la portería madridista con un catalejo. El Madrid, por su parte, espabiló de nuevo al final y redondeó la ‘manita’ con el cuarto de la noche gracias a otro penalti, esta vez de Omeruo sobre Modric que transformó Benzema, y el quinto, obra de Jovic, que estrenó su cuenta con un acertado cabezazo.