El pasado lunes, Ana Dávila, consejera de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, confirmó la llegada de los primeros menores extranjeros no acompañados al centro de La Cantueña, ubicado en Fuenlabrada.
Se trata, según Dávila, del inicio de “un proceso de integración” en la sociedad española. Además, ha explicado que en este centro de primera acogida se trabaja con los menores en aspectos como el aprendizaje del idioma, el conocimiento de las normas y el entorno cultural. Además, desde el principio se pone énfasis en su formación, organizando salidas y visitas para que conozcan su nuevo entorno.
Dávila destacó también que el objetivo de la primera acogida es precisamente facilitar la integración de estos menores a través del apoyo de profesionales especializados, “que les ayuden en la adaptación al idioma y en el entendimiento de las normas sociales y culturales de su nuevo país”.
Respecto al número de menores que han sido recibidos estos días, la consejera no ha ofrecido detalles al respecto, subrayando la importancia de salvaguardar la información de los niños y garantizarles una situación de protección. Todo ello bajo un contexto de fuertes críticas por parte del alcalde de Fuenlabrada al que el PP ha respondido. En este sentido, para Dávila lo fundamental es “proteger a los niños, más cuando se esta produciendo esta situación de señalamiento a este centro y a estos menores”.
En cualquier caso, estos niños permanecerán previsiblemente entre tres y nueves meses en La Cantueña, dependiendo del caso, hasta que se les asigne un centro de larga estancia o un piso tutelado de la Comunidad de Madrid.
Un proceso que se ha acelerado
La grave crisis migratoria que se ha vivido a lo largo del 2024, con la llegada de más de 1.800 menores no acompañados, y el colapso de los servicios asistenciales de la región obligó a habilitar de emergencia este centro. Es por ello que las instalaciones se abrieron antes de lo previsto, ya que la fecha inicial era para el 1 de noviembre de este mismo año.
En total, la Comunidad ha destinado más de 18 millones de euros a esta rehabilitación, de los cuales 6,9 millones se han dirigido a acondicionar el recinto y 11,8 para la gestión del dispositivo. Así, los trabajos para poner a punto el edificio no han cesado en todo el verano y, gracias a ello, se ha conseguido rehabilitar zonas de un edificio destinado en un principio a la difusión ambiental. Actualmente, el centro cuenta con zonas comunes, formativas, consigna, comedor, enfermería, baños y dormitorios, entre otras estancias.