Y no lo decimos nosotros. Basta coger un tren, a cualquier hora del día en la Comunidad de Madrid; o preguntar a cualquier usuario de este paupérrimo servicio. Y la respuesta siempre será la misma: de vergüenza para arriba.

Esa sensación tuvo su mayor exponente el pasado 22 de octubre. Pese a las obras que tuvieron cortadas este verano la C-4 y la C-5, una avería simultánea en ambas líneas, más la C-3 (que tiene un capítulo aparte), en la estación de Villaverde Alto, suspendió el servicio durante horas, dejando los trenes parados en mitad de la vía. El caos fue tan absoluto, que los viajeros tuvieron que apearse de uno de los vehículos detenidos pasada Zarzaquemada, y llegar a pie hasta la estación de Metro de la Línea 3 en Villaverde. Indignación absoluta, y con razón.

Y es que hay que recordar que en las postrimerías del Gobierno de Mariano Rajoy, antes de la moción de censura perpetrada por Pedro Sánchez y sus socios etarras, comunistas e independentistas, se había reservado una partida de más de 5.000 millones de euros, para invertir en el mantenimiento de la red ferroviaria madrileña. Se había diseñado una Comisión de Seguimiento, para evaluar los trabajos realizados. Pero casi cuatro años después, ni una reunión; ni siquiera su constitución.

De sobra es sabido el odio que Pedro Sánchez le tiene a Madrid. No puede soportar tropezar una y otra vez con la piedra madrileña. Es superior a su ego y orgullo de tirano trasnochado. Por eso, siempre que puede, se venga de la región capitalina. Y por lo general, suele hacerlo vía Presupuestos Generales del Estado.

Una avería en Villaverde Alto dejó sin servicio durante horas a las líneas C-3, C-4 y C-5, obligando a los viajeros a bajarse de los trenes y caminar a pie por las vías. Y todo, mientras el Gobierno de PSOE y Podemos recorta la inversión en la Comunidad

Para 2022, su Gobierno de los 23 ministerios y miles de asesores tiene previsto recortar esa inversión en la Comunidad, y doblarla en otras regiones como Cataluña, gobernada por traidores. Así premian PSOE y Podemos el esfuerzo fiscal y la lealtad de los madrileños: una inversión estatal de 170 euros por madrileño, frente a los 281 euros que recibirá el año próximo cada catalán.

Por supuesto, el Cercanías será uno de los servicios que más sufran la soga ‘Sanchista’, contemplando solo 1,2 millones de euros para la mejora de la red. Normal que desde la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid digan que con ese raquítico presupuesto, no haya “ni para pipas”.

Pero no es el Gobierno de la Comunidad de Madrid, ni su presidenta Isabel Díaz Ayuso, quienes van a sufrir la ira ‘Socialista/Sanchista’, sino los estudiantes y trabajadores madrileños que cada día cogen un tren de Cercanías para llegar a su puesto de trabajo o centro de estudios. Ya no solo soportarán las averías, asimismo una frecuencia de paso que en el caso de la C-3 es de vergüenza ajena. Por no hablar de la limpieza y la iluminación de los vagones.

Da pena ver cómo las distintas sucursales del PSOE en Madrid, o políticos de profesión como el eterno diputado de la rosa y el capullo, Daniel Viondi, asistía a ruedas de prensa allá por 2017 pidiendo mejoras en el Cercanías al Ejecutivo de Rajoy. Incluso hoy alcaldes, como Diego Ortiz en Pinto, se ponían detrás de la pancarta reclamando más inversión; mientras ahora callan, demostrando ser solo unos esbirros del poder central, y dando la espalda a sus verdaderos jefes: los vecinos.