El concejal de Cultura de Pinto, Guillermo Portero, ha defendido la legalidad de la actividad ‘Perros al agua’ que se celebró el pasado mes de septiembre. Todo a raíz de la denuncia del PP, de acuerdo a un informe de Inspección de Sanidad, que recomendaba su suspensión al ir en contra de la normativa regional y municipal.

Portero señala que los dueños de mascotas que entraron a la piscina en su último día de apertura tuvieron que «presentar la documentación del perro en regla relativa a la cartilla de vacunación, desparasitación y microchip».

El edil añade que «los animales tenían acotado el recinto al que podían acceder», que era únicamente a la piscina mediana, vaso pequeño y a una zona de la pradera debidamente señalizada. «Por tanto, como es habitual, tras el cierre de la piscina se procedería al vaciado y a la limpieza de ese vaso», explica.

En este sentido y conforme a la información que ha aportado Aserpinto al Gobierno municipal, Guillermo Portero sostiene que «habitualmente el agua del vaso mediano y del vaso pequeño se desecha por no ser apta para el riego por llevar antialgas y tampoco lo es para ninguna actividad que necesite de su pulverización, como baldear el suelo o utilizarlo para las fuentes, por riesgo de legionella».

En cuanto a la ordenanza municipal sobre Tenencia y Protección de Animales, finalmente, el concejal de Cultura de Pinto alude a la disposición adicional segunda, que recoge que «el alcalde o concejal delegado tiene potestad para dictaminar instrucciones relativas a la interpretación de la ordenanza municipal».

De modo que a juicio de Portero, «se trata de una actividad conforme a las competencias del equipo de Gobierno de este Ayuntamiento y atendiendo a la demanda vecinal para hacer de Pinto una ciudad amigable con los animales de compañía».