El problema no es nuevo, pero se ha acentuado con el paso del tiempo y amenaza incluso la propia supervivencia de algunos de los clubes deportivos más emblemáticos de Getafe. Hablamos del considerable retraso que año tras año se produce en el abono de las subvenciones municipales. Esta crónica demora supone un enorme contratiempo para la constreñida tesorería de unas entidades que a menudo se ven obligadas a hacer verdaderos ejercicios de funambulismo para no bajar la persiana. Los siguientes cuatro ejemplos son sintomáticos de un asunto que tiene más afectados y que pide a gritos una solución urgente por parte del Ayuntamiento.
Baloncesto Getafe
Hace varias semanas ya destapábamos el caso del Club Baloncesto Getafe, que ha llevado al Ayuntamiento al Juzgado de lo Contencioso Administrativo tras haberle sido retirada la subvención correspondiente al año 2014 (66.000 euros) al considerar que no había sido debidamente justificada, pero es que a día de hoy tampoco ha percibido las de 2015 (50.000) ni 2016 (30.000).
“Para nosotros esto supone una enorme faena porque nos limita la posibilidad de desarrollo y planificación”, comenta su presidente, Enrique Carrero, “y nos obliga a tener que tirar de pólizas de créditos personales para estar al día con nuestras obligaciones”. Lo peor de todo no es que a estas alturas no hayan cobrado las subvenciones de 2015 y 2016, sino que ni siquiera tienen la más mínima constancia de cuándo lo harán. Y no olvidemos que entre club y escuelas movilizan a más de 800 niños, niñas y jóvenes de la ciudad.
Getafe BSR
Otro tanto ocurre con el Getafe BSR (baloncesto en silla). Para empezar, ha pasado de percibir 82.000 euros en 2013 a los 22.000 actuales, pero es que todavía no ha percibido el montante correspondiente a 2016. “El principal problema”, explica el presidente del club, Alfonso García, “es que la subvención es de 1 de enero a 31 de diciembre mientras que nuestros presupuestos van del 1 de julio al 30 de junio. Eso significa que tienes que adelantar el dinero”, subraya, “y como vamos con muchísimo retraso en el cobro llega un momento que tienes que avalar créditos a nivel personal y nos toca pagar un montón de dinero en intereses”.
García reconoce que esto supone “un palo muy grande porque todos los años nos toca pagar intereses, y no son precisamente dos pesetas”, y admite que a día de hoy no tienen constancia de cuando percibirán lo que se les adeuda “porque lo único que nos han dicho es que depende, pero no sabemos de qué”.
Balonmano Getasur
También el Balonmano Getasur anda que no le llega la camisa al cuerpo con este tema. En su caso, la reducción de la subvención ha pasado en poco tiempo de 54.000 a 33.000 euros, pero el gran contratiempo al que se enfrentan llega a la hora de afrontar unos gastos que no pueden dilatar en el tiempo. “Hay que pagar viajes, alojamientos, inscripciones, arbitrajes…” relata Pedro Moreno, entrenador del primer equipo femenino, cuya supervivencia corre serio peligro. “Necesitamos cobrar, y cobrar ya, si queremos seguir manteniendo al equipo en División de Plata”. avisa Moreno.
Además de tener pendiente de cobro la subvención correspondiente a 2016, otro de los problemas es que aún desconocen la cantidad para el presente año 2017, “un enorme handicap” a la hora de planificar el siguiente curso. Aunque las comparaciones son odiosas, el Balonmano Leganés percibió en 2016 nada menos que 76.000 euros y en unas fechas establecidas de antemano.
Rugby Getafe
Tampoco corren buenos tiempos para el Rugby Getafe, que al igual que ha ocurrido con el Baloncesto Getafe ha sufrido la retirada de una subvención –la del año 2015-, lo que le ha supuesto la pérdida de alrededor de 15.000 euros. Al contrario que en el caso anterior no piensan reclamar esta decisión “porque pensamos que se ajusta a derecho al existir un error por nuestra parte y la damos por perdida”, reconoce Jesús Fernández, encargado de relaciones institucionales del club.
No esconde Fernández, en cualquier caso, que la retirada de esta subvención y la no percepción todavía de la correspondiente a 2016 “nos genera una situación muy complicada porque es algo que se repite desde hace ya unos cuantos años y que nos produce una enorme dificultad de caja. Es un palo importante”, señala, “aunque no decisivo” ya que la subvención es relativamente baja comparada con el presupuesto anual que manejan.