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El Getafe sigue sin encontrar la manera de hincarle el diente al Atlético de Madrid desde que Simeone ocupa el banquillo rojiblanco. Esta vez fue Lemar el ‘verdugo’ de los azulones, que acumulan 14 encuentros consecutivos sin ganar al Atleti y, lo que es peor, no han conseguido hacerle un solo gol mientras que el colectivo colchonero acumula nada menos que 28 a su favor con los dos de ayer.

Y eso que el partido amaneció equilibrado, como era de esperar de esperar teniendo en cuenta que los de Bordalás llegaban a la cita con la autoestima por las nubes tras asaltar al Sevilla en Nervión. Sin embargo, sus ambiciosos planes empezaron a desvanecerse con el zapatazo de Lemar a los 13 minutos que se estrelló con violencia en el larguero y éste lo escupió hacía abajo. En su camino hacia el césped, el balón se encontró con la espalda de David Soria y se coló en la portería.

El partido se ponía como le suele gustar a los de Simeone. Y a las primeras de cambio, así que la cosa fue casi coser y cantar durante muchos minutos. El Getafe asumió decididamente el dominio y suyo fue el mando de las operaciones, pero en esa especie de asedio ficticio la zaga rojiblanca se desenvuelve como pez en el agua y a los locales casi siempre les faltó filtrar el último pase. Y las contadas veces que lo consiguieron se interpuso la fiabilidad de Oblak.

Total que el partido se plantó en las segunda mitad con parecidas coordenadas. Molina pudo adelantar al Getafe tras una gran acción de Ángel, que percutió con habilidad y centró atrás, pero el remate del alicantino se topó en última instancia con Giménez y no encontró su objetivo.

Todo lo contrario que Lemar, inspirado como nunca desde que viste la casaca del Atleti. El francés recibió un pase filtrado de Koke en una excelente contra y superó con habilidad la salida de Soria, que solo pudo ver como se colaba el gol que sentenciaba la contienda pese a que restaba media hora para el final (59′).

Aun lo intentó el Getafe, al que si algo le sobra son arrestos para levantarse de la lona cuando más noqueado parece, y apenas un par de minutos más tarde generó sus dos mejores ocasiones del partido. A la primera respondió con Oblak con una gran intervención a remate de Ángel. La segunda fue un disparo cruzado de Antunes que se marchó rozando el palo.

Bordalás metió a Iván Alejo en la refriega, pero el vallisoletano salió tan enchufado que apenas tres minutos después de saltar al terreno de juego se pasó de frenada y acabó pisando a Saúl, lo que costó la roja directa y disipó las últimas opciones del Getafe, que a partir de ahí quedo encorsetado ante un Atlético de Madrid que manejó a su antojo el último tramo del duelo.