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No hay peros que valgan para el Getafe que compareció en Valdebebas. Quizá solo uno. Y le costó muy caro. La única acción extemporánea del colectivo azulón la protagonizó Olivera al derribar a Carvajal y se tradujo en el penalti que acabó decantando el encuentro del lado del Real Madrid a diez minutos del final. Ramos mantuvo su infalibilidad desde los once metros y tumbó a un Getafe irreductible.

Las huestes de Bordalás fueron más que nunca fieles a sus señas de identidad y obligaron al líder a luchar por cada palmo de terreno en refriegas que habitualmente caían del lado visitante, especialmente en el primer acto.

El proverbial virtuosismo de jugadores como Modric, Kroos o Isco fue atajado por el estajanovista empeño de jugadores como Arambarri, Maksimovic o Timor, siempre aplicados en las marcas.

También bregaron lo suyo Nyom, Cucurella o Mata, los zagueros más avanzados de un bloque que vestía de azulón y consumía kilómetros a destajo. El Madrid sufría. No veía manera de zafarse del ajustado ‘corsé’ que comprimía sus movimientos.

Sabía que el Getafe aprieta hasta donde puede, que suele ser mucho, pero no imaginaba que la tradicional visita al dentista azulón no iba a limitarse a un simple empaste.

LOS PRIMEROS SOBRESALTOS, PARA COURTOIS

De hecho, los primeros sobresaltos reseñables fueron en los dominios de Courtois, que tuvo que meter manopla hasta en tres ocasiones en el primer cuarto de hora. La segunda de ellas le obligó incluso a emplearse a fondo para tocar un balón que se colaba junto al palo después de que Maksimovic lo cabecesease picado y cambiara de rumbo tras tocar en un compañero.

El primer escarceo serio de los locales no llegó hasta el 23, cuando Mendy acertó a percutir por su banda y puso un balón al centro del área que Vinicius logró direccionar a portería, pero se encontró con la oposición de David Soria, que metió el guante cuando ya se colaba. También se las apañó para desviar un complicado remate en escorzo de Isco al filo del descanso, pero esta vez la posición de Benzema invalidaba la acción.

Siguió a lo suyo el Getafe tras la pausa, si bien ya no había tanto combustible en el depósito y la presión no podía ejercerse tan arriba. A un disparo lejano de Modric que volvió a encontrarse con la acertada oposición de Soria respondió Mata con un remate por encima del larguero. La aplicación de los azulones era encomiable y suplían la pérdida de energía con las dosis de entusiasmo que el marcador les suministraba conforme avanzaban los minutos.

A media hora del final, Zidane tiró de la ‘guardería’ para darle una sacudida al duelo y metió de una tacada a Rodrygo, Fede Valverde y Asensio. Pero ni por esas. El Getafe mantenía sus constantes vitales indemnes y Bordalás replicaba dando entrada en escena a Hugo Duro primero y Molina y Jason después.

Y entonces ocurrió el chispazo que descerrajó la contienda. Carvajal se internó en el área, Olivera le derribó en su empeño por abortar el peligro y Sergio Ramos convirtió en gol su 19º penalti consecutivo para conceder al Real Madrid tres puntos de incalculable valor. El líder es más líder, pero el Getafe vuelve a ser el Getafe de antes del parón. Para ganarle hay que ‘roelo’.