Definitivamente el parón parece haberle sentado como un tiro al Getafe, que sigue sin recuperar sus señas de identidad. Tampoco ante el Espanyol ha estado fino y la cosa empieza a preocupar, más que nada porque ha sido incapaz de doblegar a un rival, el colista, que ha jugado con un hombre menos durante 75 minutos y encima ha convertido a David Soria en el mejor azulón sobre el terreno de juego.

Ya antes de los diez minutos, el guardameta local ha evitado el primer tanto visitante con una gran estirada a remate de David López. Pero a los 15′ el colegiado ha expulsado a Bernardo por una cuanto menos discutible acción sobre Damián y eso parecía cambiar por completo el decorado teniendo en cuenta que quedaba todo un mundo por delante para sumar los tres puntos.

Sin embargo, los de Abelardo han mantenido sus constantes vitales a base de orden y presión cortocircuitando la creación del ‘Geta’, que recuperaba para la causa a Arambarri y Maksimovic, al igual que a Mata, pero todos ellos han estado lejos de su mejor versión. Calleri con su incansable brega traía por la calle de la amargura al novedoso centro de la zaga, compuesto por Chema y Cabaco, y las ocasiones brillaban por su ausencia en los dominios de Diego López.

Bordalás ha echado mano de Etebo tras la pausa, pero el panorama apnas ha variado. De hecho, el primer susto serio se lo ha llevado Soria, tremendamente exigido en un remate a bocajarro de Embarba tras una prodigiosa acción individual no exenta de facilidades por parte de la retaguardia azulona.

ENTRADA EN ESCENA DE ÁNGEL Y KENEDY Y LESIÓN DE CABACO

La entrada en escena de Kenedy y Ángel sí se ha notado un poco más, aunque no ha sido hasta el tramo final cuando el ‘Geta’ ha puesto coto a la meta de Diego López. Justo antes del arreón local se lesionaba Cabaco y dejaba su puesto a Timor. Dos remates fallidos de Ángel y Mata se han quedado en fuegos de artificio, pero en el 91′ ha estado la suerte del duelo. Un cabezazo picado del tinerfeño ha sido repelido con una estirada felina por el meta visitante, que también se las ha apañado para interponerse en el inmediato remate a bocajarro de Cucurella.

La cosa se ha quedado, pues, en tablas y el Getafe tendrá que volver a sentarse en el diván y recomponer su figura porque cualquier parecido entre este equipo y el que asombraba a propios y extraños antes del parón es pura coincidencia, aunque conociendo el amor propio de Bordalás y los suyos cualquiera se atreve a apostar en su contra.