Se atribuye al escritor Byron Pulsifer, una frase acerca de los Bomberos, de lo más certera. “Los Bomberos nunca saben lo que encontrarán en cada llamada, pero siempre acuden con el mismo nivel de compromiso y servicio”.

En este verano que toca a su fin, en España hemos visto imágenes salidas desde el mismísimo infierno. De norte a sur, este a oeste, nuestros paraísos verdes han sido pasto de las llamas. No solo la flora y la fauna autóctona han sufrido las inclemencias del fuego, que por delante se ha llevado desgraciadamente también vidas humanas.

Y ahí, con compromiso y servicio, estaban los Bomberos, para jugarse su vida, una vez más, tratando de sortear y mitigar una tragedia evidente. Solo quien ha estado delante del fuego, a esa temperatura, sabe calcular realmente la envergadura de la palabra héroe, ahora que se utiliza de forma baladí el término. Y todos, absolutamente todos, hemos aplaudido su valor y esfuerzo sobrehumano, de arriesgar lo más sagrado, por el bien común.

Como siempre, detrás de un problema hay un político. Y precisamente político es el conflicto que vive hoy Pinto entre el PIMER y los Bomberos. En el municipio hay un marco normativo claro: los Bomberos extinguen el fuego y no hay más

Pero no vale con aplausos. El movimiento se demuestra andando y por eso resulta inexplicable que en municipios españoles, como Pinto, se denigre a los Bomberos con cuestiones competenciales y mal entendido orgullo. Como siempre, detrás de un problema está un político y precisamente político es el conflicto que hoy vive la localidad, con el PIMER y los Bomberos.

En Pinto hay un marco normativo, un acuerdo, que refleja claramente qué trabajos y materias compete a cada uno de los responsables de la seguridad. A alguien no se le ocurriría la osadía de meterse en un quirófano sin una preparación mínima y estudios de medicina. Temerario, cuanto menos, usurpar la labor de un cirujano. Véase cualquier profesión especializada. Y por eso mismo, el fuego en Pinto lo deben extinguir los Bomberos, porque tienen la preparación, viven para ello y ¡porqué lo dice la ley! Ya está, no hay más.

Con la cerrazón política se pone en riesgo, además, la vida de muchas personas. De los propios Bomberos, de los profesionales del PIMER y de los mismísimos vecinos. Éstos, encima, pagan doblemente por un mismo servicio, como han denunciado hasta la saciedad los representantes de los trabajadores.

El actual alcalde de Pinto, el socialista Diego Ortiz, se comprometió con ellos a una serie de acuerdos que en toda la legislatura no ha cumplido, a tenor de sus quejas. ¿Por qué, alcalde? ¿Es el ‘precio’ a pagar por mantenerse en la Alcaldía? No sabemos que hay detrás de esta “deslealtad, engaño y traición”, que los Bomberos ya alertaron en diciembre de 2021 y que nuevamente vuelve a la palestra. Un colectivo, que debería ser más respetado por el actual Gobierno municipal.