El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,6% en febrero en relación al mes anterior y elevó de golpe su tasa interanual más de un punto, hasta el 7,4%, su tasa más alta en 33 años, concretamente desde julio de 1989.

¿Y a quién beneficia esta galopante inflación? Por supuesto que al ‘mastodóntico’ Gobierno de 23 ministerios y miles de asesores. Piense por un momento que dos tercios del precio de la gasolina son impuestos, y el 21% de esa ‘cervecita’ que se está tomando, lo va a gozar, por ejemplo, el ministro Garzón, un inútil de tomo y lomo. Porque como dijo Friedman: “La inflación, es el impuesto sin legislación”.