Los jugadores del Leganés celebran uno de los goles ante el Mirandés (foto: CD Leganés)

El Leganés es otro desde que se pegó uno de los costalazos más duros que se recuerda en su visita al Burgos (4-0). El equipo debió verle ‘las orejas al lobo’ y su reacción es digna de estudio. Cuatro victorias y dos empates jalonan su trayectoria desde aquel 23 de enero. 14 puntos sumados de 18 posibles y 40 ya en el casillero.

En otras circunstancias, los seis puntos que le separan del Girona, sexto clasificado, supondrían un infranqueable muro con vistas a las doce jornadas que restan de fase regular, pero no en el caso de este brioso Leganés que parece haber dado con la receta idónea para que la plantilla ofrezca el rendimiento que se le presuponía. Ahora el playoff se antoja un reto complicado pero de todo punto alcanzable y con ese objetivo tocará seguir bregando.

Este pasado domingo, frente al Mirandés, los de Nafti firmaron un magnífico primer acto en el que cobraron una ventaja sustancial en el marcador (2-0) y tras el descanso, cuando ya las energías flaqueaban, aguantaron el empuje del rival sin descomponerse y lograron dejar su portería a cero por tercera ocasión en estos seis últimos compromisos.

LOS REFUERZOS DE ENERO SE REIVINDICAN

Las buenas noticias tienen que ver incluso con los refuerzos realizados durante el pasado mercado de enero, tan criticados en casos como el de Nyom. Ante el Mirandés, cuatro de esos fichajes (Dani Jiménez, Nyom, Giraudon y Qasmi) fueron titulares y Róber Ibáñez entró desde el banquillo. «Se hizo mucho ruido en enero con los fichajes», recordaba el propio Nafti tras el partido, «pero al final donde hay que hablar es en el césped, y los chicos lo están haciendo».

«Otro partido en el que la gente se ha ido contenta y nosotros estamos contentos. Ojalá siga la racha», deseaba el técnico franco-tunecino, que ya tiene los cinco sentidos puestos en que su ‘Lega’ conserve la buena racha este sábado en la visita al Ibiza de Paco Jémez.