De Adán y Eva, a Sodoma y Gomorra, el Arca de Noé o la Torre de Babel. ¿Cuántos dioses participaron en la Creación? ¿Fue una mujer? ¿Realmente vivían nuestros ancestros hasta 900 años?

Estos textos y otras preguntas se abordan en El libro del Génesis liberado. Por primera vez en lengua española, Javier Alonso, traduce del hebreo antiguo los textos del origen del mundo y el ser humano, lejos de dogmas e instituciones religiosas.

Un basta información contenida en un libro jugoso, lleno de matices, curiosidades y fotografías de obras de arte, que a lo largo de los siglos se han acercado al origen del mundo. La Creación como nunca antes nos la habían contado. Y de ello hablo con Javier, filólogo Semítico, historiador y biblista, de los pocos traductores laicos de hebreo antiguo que hay en España. ¡Ah! Y vecino de Alcorcón.

El libro del Génesis, liberado. ¿Liberado de qué?
Es un libro que siempre ha estado dentro del ámbito eclesiástico. Todos tenemos el Génesis en casa, pero en unas Biblias que han sido traducidas, editadas o publicadas por instituciones religiosas. Al final lo relacionamos con las clases de religión y nuestras creencias, pero no lo tomamos como un libro más.

Esa liberación, ¿ha levantado ampollas? Me refiero a si ha habido acusaciones, por ejemplo, de blasfemia.
Una vez que hemos publicado sí ha habido gente que lo ha criticado. Recuerdo en redes, ya sabes lo anónimo, echándonos en cara a la editorial y a mí que nos hubiéramos atrevido con un texto sagrado, que debería ser manejado e interpretado solo por instituciones religiosas. Y esa era precisamente la idea.

Es la primera traducción al español en la que en ninguna fase del proceso ha intervenido una institución religiosa. Cualquier otro texto del Génesis está en manos pues desde editoriales católicas, traducciones de jesuitas, o editoriales con capital católico. Esto es liberarlo de todo eso. Hemos tratado de devolvérselo al público en general, lejos de la interpretación religiosa.

Dicho esto. ¿Qué es para ti el Génesis? ¿Qué ha supuesto en tu vida?
En mi vida ha supuesto mucho (ríe). Es uno de los libros con los que yo empecé a traducir hebreo. Es como los cuadernos Rubio, que teníamos de pequeños. Pues cuando empecé a estudiar hebreo en la Universidad empezábamos con textos del Génesis. Y luego cuando te enfrentas a él, me parece uno de los libros fundacionales de la humanidad.

Vamos al meollo. Al principio Dios creó el Cielo y la Tierra. De la Oscuridad dijo hágase la luz… Pero a la vista de cómo va el asunto, la bombilla parece fundida. ¿Tienes esa sensación de que la creación, tal y como se cuenta, ha sido un fracaso?
No por la creación en sí, pero viendo el Diluvio, la verdad que choca. Si Dios es perfecto y ha podido hacer lo que le ha dado la gana: ¿por qué le ha salido tan mal? ¿Por qué de repente se arrepiente de lo que ha hecho? Ha creado tanto mal que decide que lo tiene que exterminar.

Y lo que vemos a lo largo del Génesis son numerosos episodios de maldad. No solamente hay un exterminio masivo en el Diluvio, está también Sodoma y Gomorra. Y todo eso son creaciones de Dios. Así que sí, le ha salido bastante regular la cosa (sonríe).

¿Ha perdido el ser humano esa capacidad de asombro que tenían nuestros antepasados? Dando por bueno el Génesis, claro.
Hay gente que lo ve más racional, y se lo toma como yo creo que es, un mito. Pero también hay gente que se lo toma de forma literal. Desde los judíos ultraortodoxos hasta los creacionistas. El creacionismo cree que las fechas del Génesis son reales. Incluso en ámbitos conocidos hay mucho cristiano católico de a pie que se lo toma de forma literal.

“Las historias escabrosas del ‘Génesis’ las vemos con ojos diferentes a ellos. No hay que perder de vista que es un texto religioso, con una intención religiosa para enseñar”

Yo recuerdo por ejemplo a mi abuela, cuando le dije que iba por primera vez a Israel. Ella me dijo: Ah, seguro que puedes ver la tienda donde comía Abraham.

El hecho de poder relacionar historias del Génesis con objetos reales. Las peregrinaciones en realidad buscan eso. De hecho la tumba de Raquel en Belén sigue siendo un lugar de peregrinación. Hay gente que se sigue aferrando a este texto como real y a mí me parece fascinante.

¿Cuál sería tu opinión de la Creación?
Yo estoy más con Darwin y Stephen Hawking. Lo que pasa es que tanto con la religión como con la explicación del Big Bang al final nos damos contra una pared. Lo que no entiende la mente humana es cómo de la nada, sale algo. Eso nos supera.

Hawking decía que no necesitaba a Dios para explicar el origen del mundo. Vale. Nos explica el Bing Bang y que todo es como una especie de pelota que explota. ¿Y antes de esa pelota? Yo creo que en un plano teórico se puede explicar, pero para la mente humana no se puede. Yo sigo sin entender qué es lo que hay antes del tiempo. Me vale tanto eso como el que crea que estaba Dios. ¿Pero Dios estaba siempre? Nos cuesta mucho entender eso.

Llama la atención, a mi al menos, como el punto de partida del ser humano está lleno de sexo, lujuria, violaciones, incesto, crímenes… Quién necesita Netflix, con estas historias.
Las historias escabrosas del Génesis las vemos con ojos diferentes a ellos. Lo que no hay que perder de vista es que es un texto religioso, con una intención religiosa para enseñar.

Por ejemplo, la historia de Judá y Tamar. Que una mujer que ha perdido al marido y a su cuñado, obligado a engendrar a un hijo en ella, se disfrace de prostituta y se acueste con su suegro, a nosotros nos parece una serie de Netflix. Pero está reflejando una Ley dictada por Dios a Moisés en el Sinai: Hay que engendrar un hijo en la mujer cuyo marido ha muerto sin descendencia. No lo veían con esos ojos tan sucios como nosotros y tiene su moraleja.

O en Sodoma y Gomorra, está condenando una actitud sexual porque está también condenada en la Ley de Dios, en el Levítico.

Y luego hay algunas más divertidas, como cuando Lot sin que se dé cuenta se acuesta con sus dos hijas. Esas son las fake news de la antigüedad. Lot es el sobrino de Abraham. En un momento dado van a separar sus caminos porque la tierra no es grande para los dos. Abraham se queda en la tierra prometida, y Lot se marcha a lo que hoy es Jordania. Cuando se redactan estos textos, los redactores hablan de un mundo de tribus, no de naciones. Son conscientes de que las tribus de este lado del Jordán están emparentadas con las del otro. Son nuestros parientes, pero no son nosotros. Son las típicas historias de que el bruto es el del pueblo de al lado. “Fíjate lo que hacen las hijas de Lot con su padre. Nosotros no lo haríamos nunca”. Algo así. Al final es plasmar una especie de superioridad moral frente al vecino.

Hablando de esa superioridad moral. ¿No hemos cambiado tanto entonces? Miles de años después, somos iguales. ¡Qué desconcertante!
Somos exactamente iguales. Las pulsiones básicas del ser humano son exactamente las mismas. Aquí lo que pasa es que están pasadas por unos tamices tribales, pero como seres humanos funcionan exactamente igual que nosotros. Tienen lo bueno y lo malo: las mismas dudas, los mismos deseos de venganza, descontrol, envidias, el perdón. La historia de José en ese sentido lo tiene todo. Es muy completa.

José, que es como el origen del Conde de Montecristo.
(Risa) Sí, sí. José es un personaje de película grande.

“El ‘Génesis’ es un refrito. Está escrito por más de una mano. La divinidad en sí, digamos que es la misma, con un Dios celoso, que no quiere competencia”

Cuando bosquejas por estos personajes, liberándolos de ese tamiz religioso. ¿Con cuáles disfrutas más?
A ver, al traducir esto, lo disfruto porque es lo que yo he aprendido a lo largo de mi trayectoria. Pero evidentemente lo divertido son las grandes narraciones. Por eso me quedaría con Jacob. En realidad es un tipo que no toma una decisión por sí mismo, le arrastran los acontecimientos. Le empuja su madre, tiene que salir corriendo porque su hermano se ha enfrentado con él. Su tío, Labán, que se supone que le está dando asilo político, es un trilero y le engaña una y otra vez. Y en cambio Jacob no se enfada. Sobrevive a todo.

Una de las curiosidades, al menos para mí, es esa dualidad de Elohim / Yahveh. De hecho se juega con la posibilidad de que no fuera un único Dios.
El Génesis es un refrito. Está escrito por más de una mano, en diferentes épocas y lugares. La divinidad en sí, digamos que es la misma. Es un Dios celoso, que no quiere competencia y que elige un pueblo. Pero hay un redactor que le da el nombre de Yahveh y otro que le da el nombre de Elohim. Son dos personas que escriben en momentos diferentes y lugares diferentes. ¿Están pensando en el mismo Dios? Bueno, pues como nosotros decimos Dios, un inglés dice ‘God’ y un francés ‘Dieu’.

Luego cuando se ven los textos separados ves que Yahveh parece más humano. Yahveh baja a la Tierra, huele las ofrendas, pasea por el Jardín del Edén y oyen sus pisadas. Yahveh cierra él personalmente la puerta del Arca de Noe. Elohim en cambio es más distante. Está ahí arriba y no se involucra tanto. No son exactamente lo mismo, en ese sentido.

Llegados al final, ¿te ves con ganas de liberar otros textos sagrados?
(Ríe) Sí, sí que me veo. Pero eso será una cuestión de tiempo, porque esto es un proyecto de Blackie Books. Está teniendo una acogida extraordinaria y te digo que no es mérito mío. El planteamiento de Blackie, cómo presenta el libro y su prestigio, te hace tener al público de cara. Pero habrá que esperar.