Huelga decir que no soy científico, ni experto en climatología, aunque podría serlo. Hoy en día todo el mundo habla de todo, sin tener ni pajolera idea, pero me niego a caer en la idiocia que nos rodea.
Y hablando de cercos: estamos metidos de lleno en un huracán, no me cabe duda. Se llama deuda pública, la que el Banco Central Europeo (BCE) va a dejar de comprarnos. Vamos a tener que refinanciarla y no estamos en condiciones.
Ahora nos hallamos en el ojo del huracán, ese que según los expertos es el momento de calma que precede a la tempestad. Incluso sale el sol, los vientos cesan y la lluvia se toma un descanso.
En términos económicos, el ojo del huracán sería el espacio que va desde el anuncio del BCE de no comprarnos más deuda y subir los tipos de interés, hasta notar de lleno sus efectos, merced a un Gobierno que no para de incrementar dicho debe.
Pero el ojo se cerrará. En verdad, ya lo ha hecho y sus consecuencias están a la vuelta de la esquina. Así que suerte y aprovechen esta calma.