Leganés, como todos los municipios de su entorno, tiene su propia idiosincrasia. Hablamos de una gran ciudad con sus particularidades. Y como toda urbe tiene sus virtudes y sus defectos que debe resolver. Unos con más urgencia que otros.

Por ejemplo, en cuestión de recursos humanos y prestación de servicios, el Gobierno de Leganés tiene una dura tarea por delante para ofrecer a los vecinos servicios municipales de calidad. Y en estas que el Ejecutivo de Santiago Llorente parece haber reaccionado, modificación de Gobierno incluida, y ha anunciado una importante Oferta de Empleo Público para cubrir todos los niveles administrativos.

Entre ellos, la Policía Local, donde el alcalde anunciaba la intención de cubrir hasta cincuenta plazas disponibles. Una demanda que llevan realizando desde hace meses los sindicatos policiales y necesaria para la ciudad, a la vista de los últimos robos y sucesos que han tenido lugar en el municipio. Además, en cuestión de seguridad, se están tomando medidas en la zona de ocio de La Cubierta, que por cierto, ya era hora.

Manos a la obra para combatir la inseguridad, quedan otros asuntos como la Escuela de Música, a la que hay que sacar de la UVI ya y dotarla de todos los medios necesarios para su supervivencia y devolverle el esplendor de siempre. Leganés, los padres y alumnos se lo merecen. Y el concejal, Fran Muñoz, recogió el guante la pasada semana tras una pregunta de este periódico en este sentido. Daremos margen y tendremos la lupa encima para ver si las expectativas se cumplen.

Más asuntos. La limpieza. Urgente igualmente y que ya desde la delegación correspondiente han empezado a tomar medidas como demandan los vecinos. Sobre todo en Zarzaquemada.

En Leganés no hay una ministra Celaá que cree que los hijos de los españoles son suyos. Ni se adoctrina en los colegios, donde solo se forma a los alumnos

Y aún queda la esperada apertura de la Biblioteca Central o el mantenimiento de las calles y asfalto de zonas, como por ejemplo, del cementerio. El deterioro de la famosa cuesta ha obligado a la organización de las Dos Leguas a variar el trazado, porque tal y como informamos, su estado es más que deplorable.

En fin, que en la ciudad, lento pero con paso firme, se están tratando de arreglar los problemas que afectan a diario al vecino. Una agenda de cuestiones a resolver donde, desde luego, no está la absurda polémica del ‘pin parental’. El consentimiento paterno de toda la vida. En los centros educativos de la Comunidad de Madrid, en general, y de Leganés, en particular, no se adoctrina a los alumnos. No se les llena la cabeza de pájaros y únicamente se les forma.

Aquí en Leganés no hay una ministra Celaá que cree que los hijos de los españoles son suyos. Por eso la presencia de Hazte Oír ha sido innecesaria en la ciudad y solo ha servido para generar polémica entre la comunidad educativa de la localidad.

Deberían saber que en Leganés el enfrentamiento y la provocación se castigan. De primera mano lo conoce ULEG, por ejemplo, desde mayo de 2019. Y de ahí su aparente y actual moderación.

En Leganés se lleva, por el contrario, el consenso y la cooperación. Un ejemplo es el Gobierno de coalición entre el PSOE. O como la Comunidad de Madrid (PP+C’s) va a realizar una potente inversión en colegios con el apoyo del Ayuntamiento. Eso sí es lo que reclaman los vecinos y no el ‘pin parental’.