El primer equipo femenino del Club Voleibol Leganés puso fin el pasado fin de semana a su histórica primera experiencia en la Liga Iberdrola, máxima categoría del voleibol femenino a nivel nacional. Su descenso a Superliga 2 se había consumado con varias jornadas de antelación, pero el equipo leganense nunca le perdió la cara a la competición. Buena muestra de ello fue el último partido, en el que acabó cediendo ante el CV Sayre grancanario tras oponer seria resistencia (1-3).

Una vez consumada esta despedida de la Liga Iberdrola, el director deportivo del Voleibol Leganés, Rafael Ramírez, ha hecho balance para Al Cabo de la Calle de una temporada sin duda apasionante. “Estamos todavía un poco con el bajón del descenso y la despedida, pero hay que destacar que el equipo ha ido a más con el paso de la competición, ha crecido y ha competido al máximo con equipos que estaban muy por encima presupuestariamente”, subraya.

“Lo que nos ha lastrado”, indica en alusión a los motivos del descenso, “fue cerrar la plantilla con dos meses de retraso. Tuvimos problemas para traer a las jugadoras extranjeras y perdimos ese tiempo fundamental que nos llevó pronto a la parte baja”, argumenta.

«LA EXPERIENCIA HA SIDO MUY POTENTE»

En cualquier caso, y pese a no poder hacer finalmente realidad el objetivo de la permanencia, afirma que “la experiencia ha sido muy potente. Salíamos con un presupuesto bastante modesto porque queríamos mantener el perfil de equipo forjado en la cantera y con jugadoras foráneas que nos dieran ese salto, pero al final la clasificación ha sido clara”.

Puesto a resaltar la vertiente positiva, destaca que “hemos tenido una gran afición registrando una de las mayores afluencias de espectadores de la liga. La gente ha disfrutado de muy buenos partidos y hemos competido siempre, salvo al principio, delante de nuestra afición”.

Ramírez considera que este curso “va a ser un momento de inflexión y el año que viene el planteamiento será recuperar la máxima categoría. Todo esto nos ha servido de aprendizaje y la idea es que esto no sea un adiós, sino un hasta luego. Poder volver a gozar en el pabellón Europa de las mejores jugadoras e ilusionar a nuestra cantera es un doble motivo para afrontar de nuevo el reto”, apostilla.