Enrique Ruiz Escudero, en la entrevista en su despacho para Al Cabo de la Calle (Fotografía: Javier Jiménez)

Enrique Ruiz Escudero es el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Pero por si alguien se ha despistado, le recuerdo que es licenciado en Medicina y Cirugía, colegiado además como pediatra. Que un médico dirija la Sanidad madrileña no debería ser destacable, pero conviene evocarlo de vez en cuando.

Como licencia personal, el consejero tal vez pase a la historia como el perfecto ‘Escudero’ que tuvo la presidenta Isabel Díaz Ayuso, para capear la avalancha médica, mediática y política que se desató en Madrid por el coronavirus. Porque la Comunidad ha estado y está en el ojo del huracán de todos esos debates. Esto no ha acabado.

Castigada como pocas en contagios y muertes por la Covid-19, la región madrileña ha sido escenario de lo peor de la pandemia a todos los niveles. Pero tanto Escudero como Ayuso han aguantado contra viento y marea los envites, hasta revertir la situación. Al menos por ahora. Tal vez sea esa resistencia, propia del corredor de fondo, la que ha llevado a Escudero a liderar una cartera, la de Sanidad, que hoy es ejemplo en España y Europa.

¿Qué ha habido cosas denunciables y erróneas en la gestión? Por supuesto. ¿Ha sido un milagro revertir la tendencia? No lo creo. Pero por si acaso, y para salir de dudas, preguntamos al consejero regional, que nos recibe en su despacho de la capital y responde a todas estas cuestiones.

Siete semanas bajando el número de contagios. Madrid es hoy ejemplo en Europa de cómo contener el coronavirus sin parar la actividad. ¿Cuál ha sido la fórmula? Porque no le voy a llamar milagro.
Yo tampoco. No me parece el término apropiado. Lo que hay que hablar es del trabajo de la Dirección General de Salud Pública, de la Viceconsejería y el Servicio Madrileño de Salud. Si hay una fórmula del éxito, lo primero ha sido saber qué es lo que pasa en cada municipio, en cada calle y casi en cada casa. Tener controlados todos los datos, tanto epidemiológicos como asistenciales.

En segundo lugar, aumentar la capacidad de diagnóstico, sobre todo con la llegada de los test de antígenos, que nos ha permitido tener una respuesta rápida de en qué situación está el paciente.

Y luego utilizar un sistema de monitorización que ha sido la zona básica de salud, con un estudio más pormenorizado y que protege allí donde hay más contagios. Esas tres ideas nos han permitido tener un mayor control de la situación. Y también hay que decir, que eso ha funcionado con la responsabilidad de los madrileños.

“No es un pulso entre la parte sanitaria y económica, sino que conviven perfectamente y en Madrid lo hemos demostrado”

De seguir a este ritmo: ¿prevé eliminar próximamente todas las restricciones?
Yo seguiría siendo cauto. No debemos de cometer errores del pasado, como cuando se vendió desde el Gobierno de España que se había vencido al coronavirus. Tenemos que estar conviviendo con él y las decisiones tenemos que tomarlas con mucho cuidado. Sobre todo, porque llegan las Navidades y estratégicamente habrá que tomar decisiones. El objetivo es que sigan descendiendo el número de contagiados, de pacientes hospitalizados y en UCI.

En este tiempo se ha vendido el falso dilema de: economía o salud. Madrid ha demostrado que son compatibles.
No se trata de contraponer la salud a la economía. Hay que buscar el equilibrio de preservar la salud, dentro de un entorno de pandemia, y mantener la economía. La medida que nos ha diferenciado cualitativamente ha sido la apertura de la hostelería hasta las 23.00 horas. No tenía sentido que se penalizara a la hostelería, cuando desde la Dirección General de Salud Pública no veíamos un incremento asociado de contagios. Hay que ser muy selectivo y actuar allá donde estemos detectando que haya más casos. No es un pulso entre la parte sanitaria y económica, sino que conviven perfectamente y lo hemos demostrado.

“Facilitamos que cualquier ayuntamiento que quiera hacer test, los haga sin problemas”

La estrategia de Madrid se ha impuesto a la del Gobierno de España. Ha habido una fijación del Ejecutivo de Sánchez con la Comunidad, mientras en otras regiones se disparaban los contagios. ¿Había más razones políticas que sanitarias en las medidas que querían imponerles?
Sin duda. Por ejemplo cuando se nos impuso el Estado de Alarma. Lo único que pedíamos era tiempo para demostrar esto que se ha producido ahora, que estábamos en línea descendente y ese era el camino. El Gobierno actuó de una manera desleal, porque en otras comunidades, con unos índices de hospitalizaciones más altos y una incidencia más alta que Madrid, no hizo nada.
La incidencia la utilizaban como paradigma de medir la pandemia, cuando nosotros entendíamos que no era el único parámetro. Eso dice que ha habido un trato desigual y un componente político importante.

En esa pugna con el Gobierno: ¿se han sentido traicionados por sus socios en la región? O al menos, más de una zancadilla.
Es el primer Gobierno de coalición de la historia de la Comunidad de Madrid y a veces hay puntos que pueden parecer contrapuestos, pero no es así. Son visiones distintas en situaciones puntuales, que se superan hablando en el Consejo de Gobierno. Lo que tenemos claro es que el objetivo es el mismo: descender el número de casos y que la actividad económica vuelva como antes, en toda su extensión.

“A veces hay visiones distintas sobre situaciones puntuales, que se superan hablando en el Consejo de Gobierno”

Y en esa lucha política: ¿se han sentido respaldados por la Dirección nacional del PP?
Absolutamente. Tanto la Dirección, como en mi caso, la Vicesecretaría que dirige Ana Pastor. La comunicación es diaria y hay mucho apoyo de cómo se están llevando a cabo las iniciativas.

Ahora los médicos piden la dimisión de Fernando Simón.
Como mínimo habría que valorarlo. Los médicos no son habitualmente de mucha movilización, pero cuando han pedido esta dimisión, sus razones tienen. Tener a toda la organización médica colegial en contra de que se mantenga, es algo que Fernando Simón debería valorar.

Hablaba de que los test de antígenos se han mostrado efectivos para cribar contagios. En Serranillos, por ejemplo, empezarán con los test por saliva. ¿Va a incorporar este método su departamento?
Para hacer cualquier estrategia, de seroprevalencia o en el sentido diagnóstico, hay que tener la autorización de Salud Pública. Por ahora, no tenemos test de saliva que estén validados por el Ministerio de Sanidad. Sé que están valorándolo, pero a día de hoy no hay autorización. Me consta que se va hablar con el municipio, porque quien tiene que autorizarlo es la Dirección General de Salud Pública. No cuestiono la buena voluntad, pero tiene que estar validado y saber con qué objetivo se hace, porque hay test de saliva que son de anticuerpos y otros de antígenos, y hay que saber de qué tipo son.

La alcaldesa de Getafe se quejaba de que no iban a hacer más test. Pero si hay voluntad política, como en Arroyomolinos o Torrejón: ¿puede un Ayuntamiento hacerlo por sí mismo?
Perfectamente. No necesariamente hay que hacer un test a toda la población. Nosotros sacamos una resolución en julio, donde condicionábamos de qué manera los ayuntamientos podían hacer esos test. Lo único que pedíamos es que los test estuviesen validados, que nos comentasen todo el operativo, que no perdiésemos la trazabilidad y que, con esa información, la Dirección General de Salud Pública lo autorizase.

La experiencia ha sido buena en este sentido. Es positivo conocer la situación de inmunidad o si se hace de manera cribada, que es lo que hemos hecho desde la Comunidad. Desde que comenzó la pandemia estamos cerca de los tres millones de test. Nuestra capacidad diagnóstica la hacemos de manera propia, en cuanto a Comunidad de Madrid, y facilitamos para que cualquier ayuntamiento que quiera hacerlo lo haga. Sin ningún problema.

En cuanto a medios humanos, estando pendiente la apertura del nuevo hospital de pandemias, ¿va a contratar a más médicos?
Desde que comenzó la pandemia, el nivel de contrataciones ha subido en casi diez mil personas. Es verdad que ahora mismo, todas las bolsas de contratación, tanto de médicos como enfermeras, están a cero. Es un trabajo de mucha reorganización de efectivos, porque no solo hay que pensar en la actividad Covid, sino también en la actividad no Covid. Es un equilibrio y por eso es importante realizar esos planes de elasticidad dentro de cada hospital. Lo mismo ocurre en los centros de salud, donde el trabajo no presencial ha crecido por encima del presencial y esto requiere decisiones rápidas y dinámicas.

La dimensión que tiene la sanidad madrileña está acorde con la demanda que tiene, tanto de actividad Covid, como no Covid. La clave es conocer muy bien cómo tensiona la parte Covid a todo el sistema sanitario y a partir de ahí tomar decisiones. Si fuese necesario, porque hubiese un crecimiento más grande, claro que nos lo planteamos.

Se lo pregunto, porque hay incertidumbre de que la reorganización que anuncian, deje desprotegida a la Atención Primaria.
No, vamos a ver. Para el Hospital Isabel Zendal no van efectivos de Atención Primaria. El Isabel Zendal no sigue el concepto de hospital tradicional. Es un hospital de apoyo a toda la red. Es un hospital que tiene que ir adaptando su necesidad según la atividad. ¿Cuál es la necesidad? Principalmente, atender pacientes Covid. Entonces lo que haremos es trasladar la actividad Covid de los hospitales tradicionales al Zendal.

El paciente Covid lo que está quitando es actividad no Covid y muchas veces, cuando permites que lleguen a esa actividad no Covid, los servicios se ponen a pleno rendimiento. Por eso, trasladar la actividad Covid al Isabel Zendal, puede no suponer un incremento de efectivos. Es un poco difícil de entender, pero es una estrategia de concentrar toda la parte Covid, y eso permitirá a los hospitales tener más actividad no Covid.

“La dimensión que tiene la sanidad madrileña está acorde con la demanda, tanto de actividad Covid, como no Covid”

En el sur hay algunos centros de salud que no funcionan al cien por cien. Y en algunos casos, como Alcorcón o Fuenlabrada, los SUAP están cerrados.
Hay que contar también que estos municipios tienen hospital propio. Hay que pensar que seguimos en un entorno de pandemia y es fundamental que se pueda dar respuesta. No notamos un incremento de la actividad y estamos permanentemente evaluando la decisión a tomar. De momento seguimos con ellos a ese nivel. Estamos comprobando que no supone un gran incremento de la actividad de las urgencias de los hospitales, a veces los vecinos tienen que hacer un mayor desplazamiento, pero hay que entender que tratamos de dar la mejor respuesta a todos los niveles. Ahora estamos en fase de valoración.

Hablando de valoración: ¿es optimista con la futura vacuna? Lo digo porque hay una gran parte de la población, en contra de ser “marcados como ganado”.
Las vacunas, en general, han sido un salto de calidad en la salud pública. Probablemente, uno de los elementos que más vidas ha salvado. Hay que partir de esa base y siempre estar a favor de ellas.

Los datos son positivos, en cuanto a esa efectividad. La de Pfizer está al 90% y la de Moderna al 95%. Es un buen grado de inmunización, pero habrá que ver por cuánto tiempo. También valorar cuestiones, como qué disponibilidad vamos a tener o por qué sectores de la población hay que empezar.

Por eso, si siguen los avances, los valoramos positivamente, pero con prudencia. Tampoco pensemos que va a llegar la vacuna y esto se ha acabado. Habrá que seguir un periodo importante con todas las medidas relacionadas con la responsabilidad individual y vigilando cómo se comporta el coronavirus.

Para acabar, sé que es corredor y aficionado a las carreras populares, porque en alguna hemos coincidido, como la MetLife o la Carrera Liberty. ¿Cuándo podremos volver a llenar de corredores las calles de Madrid y otros municipios con normalidad?
Eso va condicionado a la evolución de la pandemia. Es verdad que es una actividad al aire libre, y sabemos que la capacidad de contagio siempre disminuye más en espacios abiertos que cerrados. Así que habrá que ver la evolución. Los dos sabemos que correr con mascarilla no es lo más cómodo (sonríe) y si seguimos en esta línea, ojalá que cuanto antes. Pero insisto que hay que ser prudentes.