El Getafe le ha cogido pronto el tranquillo a la Europa League. Y Ángel más todavía. El delantero tinerfeño vive una efervescencia goleadora en la segunda competición continental que está llevando en volandas al equipo azulón. Si ante el Trabzonspor anotó el gol de la victoria, este jueves en la visita al Krasnodar firmó un doblete que se tradujo en otros tres puntos de capital importancia (1-2) para poner la clasificación a tiro de piedra.
Pero el asalto al Krasnodar Stadium no fue solo cosa de Ángel. Tuvo también mucho que ver con el trabajo de un colectivo que en la primera mitad redujo a su oponente a la mínima expresión. Tres cuartos de hora en los que Chichizola fue un mero convidado de piedra. La exigente presión arriba de los azulones evitó que los locales pudieran maniobrar con soltura y cada pérdida de balón se tradujo en un contratiempo para el guardameta Safonov, que ése sí tuvo trabajo.
El primer susto se lo llevó después de que Timor se lanzase en plancha en el segundo palo para cabecear un balón que se fue al larguero. Al filo de la media hora, dos remates de Fajr y Enric Gallego, éste de cabeza, se fueron ligeramente desviados, pero no ocurriría lo mismo con en el minuto 34′, cuando Ángel aprovechaba un excelente pase de Kenedy para superar con maestría al meta local.
Y el castigo pudo ser todavía mayor para los rusos, porque a poco del descanso una jugada de laboratorio de los de Bordalás culminó en un empalme de Nyom que sacó astillas del poste. Y el rechace se lo encontró Gallego, que no pudo precisar su remate y se encontró con Safonov.
Había sido un primoroso primer tiempo en todos los órdenes del Getafe, que pese a mantener a tan solo tres jugadores con respecto al partido del pasado sábado ante el Barça se había mostrado infinitamente superior al Krasnodar.
Sin embargo, la entrada de Ari varió notablemente el decorado. El ruso-brasileño fue un incordio constante para la zaga getafense y abanderó la obligada reacción de su equipo. El partido tenía otra pinta, pero en el minuto 60 volvió a surgir el descomunal talento goleador de Ángel para cazar una falta botada por Raúl Carnero y situarla en ese punto exacto al que nunca podía llegar el portero rival.
Con el 0-2 el partido parecía estar finiquitado, pero Ari se empeñó en lo contrario con un gol pleno de pillería y oportunismo. Quedaban veinte minutos y el Krasnodar tocó zafarrancho, especialmente después de que Timor enfilara el camino de los vestuarios al ver su segunda amarilla en el 81. Sin embargo, salvo un par de peligrosos escarceos que obligaron a intervenir a Chichizola primero y a Cabrera después, lo cierto es que la victoria nunca peligró en exceso para un Getafe que camina con paso firme en Europa.