Se presumía que el reto emprendido este pasado domingo por Juan Félix Bravo era complicado, pero el mal tiempo está dificultando aún más la puesta en escena del piloto fuenlabreño en esta I Vuelta Ibérica solidaria en moto de agua que partió desde Irún y tiene como destino Port Bou (Girona).

La primera etapa fue la más productiva para Bravo, que completó unos 280 kilómetros hasta recalar en Llanes. La segunda, en cambio, ya se vio alterada por la adversa meteorología y pudo llegar hasta Navia avanzando otros 180 kilómetros. Pero la tercera fue aún a peor y el fuenlabreño estuvo tentado de no salir, si bien al final pudo realizar algo más de 90 kilómetros hasta la localidad lucense de Viveiro, desde la que emprenderá la cuarta jornada.

“No he podido avanzar más por el viento y las tormentas. Pensé en no salir y he rizado un poco el rizo”, relataba este martes desde tierras gallegas en conversación con Al Cabo de la Calle, “pero estoy muy contento porque teniendo en cuenta como está el tiempo podía haber sido mucho peor”.

“Además de eso”, recalcaba el piloto, “estoy teniendo problemas para encontrar sitios donde repostar, pero soy consciente de dónde estoy y me estoy manejando con muchas precauciones”, remarcaba antes de recordar que emprendió este reto solidario para colaborar en todo lo posible con las asociaciones Ecomar y Menteazul.