Al final no pudo ser. Los elementos se aliaron contra el asalto de Beatriz Baeza al récord mundial de los 1.000 kilómetros femeninos en bicicleta. La ciclista fuenlabreña, que emprendió el desafío a las doce de la noche del pasado viernes y marchaba con todo a favor para conquistar su ambicioso objetivo, tuvo que desistir 19 horas después porque una descomunal tormenta de viento y lluvia descargó toda su furia sobre el circuito sobre el que se desarrollaba la prueba entre San Martín de la Vega y Ciempozuelos haciendo imposible el pedaleo.

La decisión de abandonar resultó traumática para Beatriz, que lo hizo sobre todo a instancias de su equipo de colaboradores viendo que peligraba seriamente su integridad física. Para cuando echó pie a tierra de manera definitiva había recorrido 496 kilómetros en 19 horas cuando su reto era completar los 1.000 en menos de 48. De poco consuelo le sirvió saber que al menos había batido siete records mundiales (100 kms, 6 horas, 200 kms, 300 kms, 200 millas, 12 horas, y 300 millas), aunque quizá con el tiempo ponga en valor lo conseguido y vuelva a plantearse un nuevo asalto a los 1.000 kilómetros

La veterana deportista fuenlabreña, que corre para la Unión Ciclista de Moraleja de Enmedio valoró su experiencia para Al Cabo de la Calle y en primer lugar explicaba que “todo iba muy bien y estaba absolutamente convencida de que iba a conseguir el récord, pero a eso de las cuatro de la tarde vi que se estaba poniendo el cielo muy raro. Preguntaba a mi equipo porque notaba que algo estaba cambiando. Y en eso giré”, para encarar la segunda mitad del circuito de 11 kilómetros al que debía dar 91 vueltas, «y se nos vino encima una ráfaga de aire que hizo volar absolutamente todo, incluidas las carpas que habíamos montado. Tuve que parar porque la bicicleta casi vuela también y durante casi media hora me refugié detrás de la furgoneta de apoyo para ver si la cosa se calmaba”.

“Lo volví a intentar, pero el aire me tiraba” siguió relatando Beatriz, “y el jefe de equipo decidió que cambiase de bicicleta. El tema seguía imposible porque cuando me tocaba el aire en contra pegaba tan fuerte que iba demasiado lenta y me desfondé. El viento me quitó toda la fuerza”, admitía. Se volvió a bajar de la bici y se metió en el box para ver si paraba un poco la fuerza del viento. Pero entonces llegó lo peor “porque empezó a diluviar y por momentos parecía que se iba a acabar el mundo”.

Así, tras un periodo de deliberación, se tomó la traumática decisión. “Yo quería seguir, pero ya no me dejaron porque mi vida corría peligro y las previsiones iban incluso a peor”, precisaba antes de recalcar que “estaba muy preparada y motivada para conseguir este récord, pero por culpa del tiempo mi sueño se fue al traste”.

Preguntada sobre la posibilidad de llevar a cabo un nuevo intento, la deportista fuenlabreña decía estar “un poco desmotivada para probar de nuevo porque supone mover a muchísimas personas y eso es quizá lo que más me puede echar para atrás, aunque descartarlo no lo puedo descartar”, subrayaba antes de mostrar su profundo agradecimiento “a esas 24 personas y a todos los sponsors y colaboradores que han estado conmigo en todo momento al 200 por 100”. Y se despedía dejando bien claro que “esto no ha sido una derrota. Ha sido la mala suerte”, apostillaba.