Corren tiempos de bonanza para el Getafe, que tras una dubitativa puesta en escena parece haber recuperado definitivamente sus señas de identidad, especialmente las que atañen a su solidez defensiva. No en vano, ha pasado de recibir al menos un gol en las ocho primeras jornadas de Liga a mantener su portería a cero en tres de los últimos cuatro compromisos, un dato esencial para justificar su vertiginoso ascenso en la tabla hasta el séptimo puesto que ahora ocupa a un solo punto de la zona europea.

Su siguiente compromiso será este domingo ante el Eibar y Bordalás a buen seguro tendrá a los suyos lo suficientemente aleccionados como para comparecer con los cinco sentidos en Ipurúa. De lo contrario no sería fiel a su desmedida ambición competitiva. Pero a nadie se le escapa que a la vuelta de la esquina está también la primera final de la temporada, ya que el conjunto azulón se juega en noventa minutos el pase a dieciseisavos de la Europa League.

Será el próximo jueves 12 en el Coliseum (18.55 horas) frente al Krasnodar. El triunfo de la pasada semana ante el Trabzonspor (0-1) posibilita que a los azulones les baste el empate ante el conjunto ruso, ya que se impuso en el duelo de ida por 1-2. Podría incluso acabar como primero de grupo en caso de ganar al Krasnodar y que no lo haga el Basilea frente al Trabzonspor, pero esa cábala se antoja ciertamente quimérica.

COLAS EN EL COLISEUM

La trascendencia del duelo contenental encontró una rápida reacción por parte del club getafense, que puso en marcha una promoción a través de la cual ofrece una invitación a cada ‘euroabonado’. Y la respuesta ha sido fantástica, ya que en los últimos días la presencia de aficionados en las oficinas del estadio han sido una constante registrándose incluso colas en varias ocasiones, lo que hace presagiar una gran afluencia de espectadores pese a jugarse en día laborable y en horario poco propicio.

“El equipo es ambicioso y siempre aspira a lo máximo en todas las competiciones que disputa”, señalaba este miércoles Jorge Molina, que el pasado domingo cumplió 200 partidos en Primera división, “pero sin plantearse objetivos a largo plazo. Ahora hay que ir con tranquilidad y pensando solo en el siguiente partido ante el Eibar, un rival muy peligroso”.