«La improvisación es demasiado buena para dejarla al azar», decía el bueno de Paul Simon. Para Clint Eastwood, toda su vida ha sido una improvisación. E incluso el genio de Miles Davis hablaba que “en la improvisación no hay errores”. Y sí, en el arte, la improvisación ha dado grandes obras que han alimentado hasta nuestros días el cuerpo y el alma. Qué sería de estos tres ilustres, si no. Pero en la vida real, en el día a día, la improvisación tiene su cara oscura. Y en política, ni digamos. En ambos, la improvisación no es la mejor compañera de viaje.

Getafe está hoy gobernada por unos artistas de la improvisación. Mediocres, eso sí, pero artistas al fin y al cabo. También del embuste y los malos modales, como han podido comprobar de primera mano, los comerciantes de la calle Estudiantes, en el getafense barrio de La Alhóndiga. Algunos de ellos, con más de treinta años a sus espaldas, detrás de unos negocios levantados contra viento y marea, crisis, inflación y un largo etcétera de calamidades que nunca han sufrido esa casta que gobierna la ciudad, compuesta ahora por los concejales de PSOE y Podemos. ¡Vaya con el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo!

¿Qué sabrá el concejal de Urbanismo de lo que pone en juego una pyme? ¿Qué sabrá el concejal de Urbanismo de lo que es levantarse todos los días a abrir y cerrar tu tienda, de la que dependen tu vida y la de tu familia? En definitiva: ¿Qué sabrá el concejal de Urbanismo de lo que es generar riqueza para una ciudad? Obviamente nada, como sus compañeros de Gobierno, cuyo arreón del vago en forma de obras, a escasos meses de unas elecciones, pone en jaque la temporada de otoño-invierno de estos comerciantes getafenses.

De sobra es sabido que detrás de un problema hay un político, o varios. En Getafe tienen nombre y apellidos: Jorge Juan Rodríguez Conejo, edil de Urbanismo, que junto a su jefa y alcaldesa, Sara Hernández, están haciendo que los comercios de barrio las pasen canutas.

El arreón del vago del Gobierno de Getafe, levantando la ciudad a escasos meses de unas nuevas elecciones, pone en jaque la campaña de Navidad y rebajas de los comerciantes de la calle Estudiantes, en La Alhóndiga

Visto el estado de la calle Estudiantes, de la falta de planificación de unos trabajos necesarios, pero que podían haberse hecho por fases para no hundir más a las tiendas, no es de extrañar que Getafe cerrará septiembre con un 2% más de paro. La ciudad del Sur de Madrid con mayor incremento del desempleo. Se dice pronto. ¿Y qué esperaban, con semejantes cebollinos al frente de la Administración local?

Hecha la reprimenda (concejal y alcaldesa, no negarán que se la merecían) toca rectificar; no es tarde aún. Vale que han puesto patas arriba la calle, con cascotes y unas aceras intransitables. Asuman el error y hagan caso a estos comerciantes, que solo quieren abrir sus tiendas y prosperar junto al resto de la ciudad. Las obras son necesarias, sí, pero habiliten pasos que permitan el acceso a los locales. Una vía de respiración, para evitar que se ahoguen.